Capítulo 21

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Nuevamente desperté a causa de un rayo de sol que entraba por la ventana de mi habitación de hospital, pero esta vez no era un rayo de atardecer sino de amanecer. ¿Acaso nadie nunca cerraba las malditas cortinas en este hospital?

Bostecé y froté mis ojos con mi mano izquierda sintiendo un leve dolor en ella, traté de peinar un poco mi desordenado cabello con mi otra mano pero en mi cabeza sólo cayó el pesado yeso que la envolvía. Miré hacia mi derecha y vi a Louis en una posición bastante graciosa sobre el sillón. Apenas cabía en el reducido espacio y más de la mitad de sus piernas colgaban del inmueble. Escandalosos ronquidos salían de su boca, y me pregunté como diablos yo había logrado dormir con ese ruido.

Alcancé mi móvil con mucha dificultad para comprobar que no tenía batería, ni siquiera encendía y aunque no había un mísero reloj en toda la habitación, sabía que era muy tarde y que probablemente Louis estaría perdiéndose el examen para el que habíamos estado estudiando intensamente por largas horas.

—Louis —le llamé subiendo el volumen de mi voz sin éxito alguno. Seguramente él estaba tan cansado como yo de la insólita situación, sumándole a eso la inesperada visita de nuestro circulo más cercano de amigos la noche pasada. Yo tenía entendido que sólo una persona podía quedarse conmigo, pero ellos de alguna manera lograron persuadir a la enfermera de turno y se quedaron hasta altas horas de la noche.

— ¡Louis! —le lancé mi teléfono sin vida con la poca fuerza que me quedaba y este dio justamente en su cara, lo que hizo que mi amigo se volteara y cayera estrepitosamente al suelo.

—Mierda ¿que pasó?

—Es tarde ¡el examen! —pasó una mano por su cabello desordenado y sacó su celular del bolsillo.

—Siete y quince —gritó y se levantó rápidamente del suelo—. Aún estoy a tiempo para llegar, tu papá llegará aquí en dos horas para buscarte.

—Ok ¡corre!

Lou tomó su bolso y corrió. Le iba a tomar, al menos, diez minutos para llegar al instituto, pero llegaría. No quería que por mi culpa mi amigo llegara tarde al examen y reprobara. El maestro de historia, el señor Collins, nos odiaba a mi y a los chicos por haber chocado accidentalmente su auto mientras le dábamos lecciones de conducción a Niall hace algunos años, claramente el odio era mutuo. Ganamos un buen castigo y yo una buena paliza, desde ese entonces el viejo trataba de sabotearnos en cada oportunidad que tenía.

Suspiré y me quedé en blanco por unos segundos, hasta que sentí la puerta abrirse: pensé que era mi padre que había llegado temprano pero en la entrada estaba nuevamente el rostro de Louis.

— ¿Qué pasó?

—Ella está ahí Harry, pasó toda la noche ahí.

No podía ser. Annie no podía haber pasado toda la noche ahí después de lo que mi padre la había dicho, ella tenía que alejarse, no esperar por mi.

— ¿Qué está haciendo?

—Está durmiendo, en la sala de espera.

Pasé mi mano por mi cabello tratando de pensar que iba a hacer con ella. La herida que habían dejado sus palabras seguía ahí, un poco más sana, pero ahí y yo no quería tener que verla. Verla significaba recordar a mi madre otra vez.

—Despiértala y dile que ya me fui.

—No haré eso.

—Por favor, no quiero hablar con ella después de lo que pasó ayer.

—Tarde o temprano tendrás que hacerlo, Harry.

—Prefiero que sea tarde, además si papá la ve ahí no se que pasará—Louis bufó, pero yo sabía que iba a terminar accediendo. Conocía demasiado bien a mi mejor amigo.

— ¿Y que quieres que le diga? —preguntó y celebré en mi interior. Como decía, lo conocía como la palma de mi mano.

—Dile que me fui y que me puede ir a ver después. Dile que no puede faltar al examen o algo así.

—Ella pasó toda la noche aquí, no creo que haya estudiado, Harry.

—Sé que lo hizo.

Annie era demasiado organizada para estudiar. Ponía alarmas en su teléfono para cada periodo de estudio después del instituto y jamás se los saltaba por muy cansada, triste o enojada que estuviese. Tenía la certeza de que ella había preparado con semanas de anticipación este examen y que sacaría un sobresaliente diez.

—Está bien.

***

Después de tres largas horas, al fin estaba en mi casa. Papá había ido a buscarme pero se había ido pronto con la trillada excusa del trabajo. No era como si me importara que él se quedara conmigo.

De Annie:

Se que estuvo mal lo que dije, perdóname.

De Annie:

Harry, por favor 🙏

De Annie:

Iré después del instituto a tu casa, por favor espérame.

De Annie:

No puedo dejar de pensar en la mierda que dije. Estaba enojada, no quise hacerlo.

De Annie:

Aún me quieres? 😞

De Annie:

Aún soy tu novia?

Decidí no responder, porque no sabía que decir. No tenía idea de si quería que Annie fuese siendo mi novia o quería terminar de una vez por todas con la estupidez y el romance para seguir con mi vida normal.

No sabía que era lo que quería. Pero si sabía una cosa: quería a Annie Johnson. Y aunque mi manera de quererla diera asco e incluso pena, la quería a mi manera.

Pero yo sabía que eso no era suficiente para ella. Yo nunca sería suficiente para nadie.

Necesitaba dormir, porque dormir era como morir por algunas horas. Era la única forma de escapar de mis problemas y de hacerlos desaparecer por un prolongado rato.

Y eso era justo lo que yo quería: morir.

Agony » Harry Styles (COMPLETA)Where stories live. Discover now