Capítulo 18

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Yo sabía que tener sexo con Samantha era la peor decisión que podía tomar. Pero ¿qué más podía hacer? Mi relación con Annie era enfermiza, y yo tenía claro que nunca iba a ir más lejos si le seguía ocultando la verdad. No iba a funcionar porque yo nunca se lo contaría. Subí a mi motocicleta. Decidí que antes de ir a la casa de Samantha pasaría por la mía. No podía follar con el estómago vacío y seguramente en cuanto la viera, ella se abalanzaría sobre mí, tendríamos sexo desenfrenado y salvaje por lo que no podría comer nada. Necesitaba fuerzas para la gran tarde que me esperaba.

Conduje hasta casa, apagué el motor, bajé de Jane y entré a la casa.

Había un florero tirado, por lo que supe que papá había estado ahí antes, seguro para almorzar o algo así. Tomé una Coca-Cola del refrigerador y me hice un sándwich de jamón. Encendí el televisor y me dirigí al sillón para matar el rato mientras comía.

Estaba ansiando llegar a la casa de Samantha para descargar toda mi ira y frustración en ella. Quería que me hiciera olvidar, hacer como si Annie nunca me hubiese hablado... ni me hubiese besado. Porque yo sentía que podía besar o tener sexo con miles de chicas, pero que ninguna borraría el sabor de sus labios sobre los míos. Aún así quería intentarlo.

Me levanté, arrojé la lata al basurero y caminé hacia la puerta. Me subí a la motocicleta y me puse el casco. La encendí, estaba a punto de arrancar cuando lo recordé: Condones.

Revisé mis bolsillos y para mi mala suerte estaban vacíos. Bufé, detuve mi motocicleta y bajé otra vez. Odiaba cuando olvidaba las cosas y tenía que regresar por ellas.

Corrí hacia la puerta, la abrí y subí las escaleras corriendo. No quería esperar más y tenía el presentimiento de que si demoraba más, la perra de Samantha correría a follarse a otro. Abrí la puerta y me dirigí a mi cajón, tomé tres condones. Iba a salir, pero en el suelo al lado de mi cama había una caja con mi nombre en ella.

Dejé los condones intactos sobre la cama y tomé la caja para abrirla. Seguramente mi padre la había subido a mi cuarto porque a él no le gustaba que mis cosas estuvieran desordenadas fuera de mi habitación, pero seguramente la había pateado, porque la caja estaba maltratada. La abrí y rompí la envoltura de mi encargo.

Y ahí estaba: Bajo la misma estrella edición de colección, autografiado por el mismísimo autor. Había leído que el había prometido que cada copia ordenada con anticipación sería autografiada por él. Propuso a su público en general que votaran por el color de Sharpie que debería usar para firmar los libros, lo que resultó en que firmaría los 150 000 libros con distintos colores de Sharpie, en proporción a los votos que recibió cada uno. En Amazon UK, subestimaron la cantidad de copias que necesitarían por lo que tuve que pedir una a Estados Unidos, lo cual fue difícil, tardado y por supuesto carísimo.

Deseché inmediatamente la idea de follar con Samantha. Escribiría la ridícula dedicatoria y correría a su casa esa misma tarde. No me importó si nuestra relación era la peor, lo superaríamos. Solo tenía que tomar más clases de mentiras con Louis y todo quedaría arreglado.

Tomé un cuaderno y comencé a escribir.

"Quiero ser tu Augustus" —escribí sobre el papel para ensayar.

"Tengo un fetiche con Annie Johnson" No.

"Quiero hacerte ver las estrellas" Demasiado sexual.

"Porque eres hermosa" ¡No!

—Ugh —bufé enojado. ¿Por qué no podía solo escribir una puta dedicatoria? Me pasaba días y días escribiendo canciones y pensando en frases dignas del mismo Shakespeare, pero justo en ese momento nada pasaba por mi cabeza.

Agony » Harry Styles (COMPLETA)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora