Capítulo #68:

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¡Un momento! ¡Alto ahí! Este es el capítulo penúltimo de la historia y advierto desde ya que no escribo finales perfectos y no hago personajes soñados, los míos cometen errores y hacen fallas. Este final no es un Happy ever after, así que estás a tiempo de no leerlo. Por favor, este final ya está pensado y hecho, no va a cambiar y desde el capítulo 1 estoy advirtiendo que no es una historia cliché. Si están dispuestos a leer bajo estas reglas entonces adelante.

Misión #21:

Antonio:

Camino hasta la puerta de la sala sintiendo que las piernas me tiemblan del malestar. Santo cielo, ¡¿en qué estaba pensando al llevar a Nessa a comer a ese restaurante de comida china?! Desde aquel día que estuvimos en casa de Baker toda la noche, las cosas entre nosotros han mejorado mucho. El sexo no ha sido un problema ya que gracias al "tratamiento" he podido cumplir todas las fantasías sexuales que he tenido en mi vida. Vanessa dejó claro que no usaría bajo ningún principio un disfraz o algo raro. Le dije que no tenía la cabeza tan alejada de la realidad como para pedirle algo así, además teníamos que hacer cosas que a ambos nos hicieran estar cómodos.

Baños, restaurantes, el auto, el ascensor y otros lugares inimaginables fueron escenarios de nuestra pasión. No estamos en una relación como tal porque fue lo primero que me dejó claro después de aquella mañana, pero sí lo estaremos si sigo yendo a los AA. Visité las reuniones con ella varias veces, en ninguna me atreví a hablar cuando sabía que al llegar a mi departamento me embriagaría. Opté por poner el sofá detrás de la puerta y sentarme en mi cuarto a beber como si no existiera el día de mañana, nadie nunca me encontró ebrio. Hay cosas que no puedo cambiar y esta es una de ellas.

Vanessa se ve feliz cada vez que le recuerdo que tenemos que ir a los AA o me ve en un restaurante pedir un jugo. Si está contenta entonces yo también lo estoy. Desde que ambos estamos de esta forma tan extraña han pasado casi dos meses. El jueves de hace tres semanas mi hermano tuvo que darme el número de un carpintero porque Vanessa y yo rompimos la mesa de la cocina. Le dije que la madera estaba en mal estado a Derek para que no sospechara, pero con las mejillas rojas que tenía Nessa era más que claro lo que había pasado.

El médico tuvo razón todo el tiempo y si bien no siempre podíamos tener erecciones genuinas y yo tenía que recurrir a la píldora. En dos de cada cinco oportunidades algo se lograba, también en más de tres oportunidades me quedaba a la mitad, gracias al cielo tengo dedos muy grandes que impidieron a Nessa quedarse insatisfecha, no me perdonaría si algo así me pasara con ella.

El día que fui con Derek al departamento de Nessa para que se arreglara la cerradura de su puerta trajimos los cajas con cosas de Vanessa, estaban las pertenencias de su ex esposo que para mi sorpresa dejó en el envase que lo había puesto Víctor y lo metió debajo de su cama junto con un papel que según ella fue lo que Baker le dio y lo que hizo posible que las cuestiones con nosotros estuvieran en el punto que estaban.

No le pedí para leer ni mucho menos, hay asuntos que no me interesan saber de ese hombre del que siempre voy a decir que era un bastardo de mierda. Arreglamos sus ropas y se deshizo de varias en lo que Derek montaba otra vez la cerradura de la entrada. Fue doloroso para mi hermosa pelirroja ver unos zapaticos de bebé que tenía guardado y unas pruebas de embarazo que había comprado. No eran una ni dos, era una bolsa llena. Hasta a mí me dio un poco de sentimiento verla hacer eso de lado, le di la idea de que viera la lista de donadores y me dijo que solo por eso no se desharía de esas cosas. Me pareció estupendo.

Mackenzie [✓] EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now