Capítulo #31:

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Día #9:

Antonio:

Ayudo a subir a Vanessa tomándola de los brazos, está soñolienta aún, pero teníamos la necesidad de irnos, me ofrecí a llevarla cargada, puesto que se ha estado sintiendo mal todo este tiempo, se negó. Esta Mackenzie es testaruda. La noche ha caído rápido y he podido reflexionar bastante. ¿Con que fin prologar esta pelea con ella? No la voy a sacar de los escuadrones porque no se rige bajo mis órdenes y a decir la realidad su presencia es algo a lo que me estoy acostumbrando, me altera solo por existir, quizás eso también tenga que pensar en algún instante.

Nunca le miraré como a Angie, sin embargo, por primera vez en años no seré hipócrita con ella, no lo merece. Las veces pasadas fingía, pero a decir verdad es valiente, entregada a su profesión, la discriminé por ser chica, eso no quita el hecho de que estaré buscándole fallas, defectos que la comprometan, a partir de ahora Vanessa Mackenzie tendrá el mismo espacio y trato de Víctor, Flandes o cualquiera de los subalternos, fuera de la unidad me volveré el caballero que mi madre hizo, seré cordial, amable, respetuoso.

-Me duele la cabeza de tanto dormir -Se queja cuando le alzo apoya sus piernas en la pared impulsándose y un bostezo se le escapa de sus labios.

La temperatura le regresó paulatinamente, me encontré tan contento al punto tal de dejarla que se acomodara a horcajadas sobre mí. Está de más decir que mi polla no se movió ni un centímetro, tampoco era que tuviera las ideas en eso, pero en más de una ocasión la recordé gimiendo. Soy hombre, cuando pasan ese tipo de cosas no lo puedo evitar.

-Vamos Vanessa -Sueno normal, la veo como a otra, no sé por qué acepto sus términos y condiciones, pero estoy seguro que no es por la amenaza de contarle al Comisionado, esta paz me hacía falta a mí también -, hablaré con Derek para que descanses apenas estemos a salvo, las tropas de refuerzo ya deben estar en camino.

Le tiendo mi mano para que se levante del piso y como sombras en pocos segundos atravesamos auxiliados de la reinante oscuridad disimiles callejones hasta divisar el edificio. Tengo el corazón en la boca, temía por un desmayo de su parte, no podía permitir que se muriera bajo mis reglas. Es un ser humano, que tiene un padre el que ya una vez la trajo del infierno.

Ese señor no me perdonaría si algo le sucediera a su criatura. Hablaré con Ilian, tiene que contarme la vida de Mackenzie, por las buenas o por las malas, durante su sueño de sus labios salió el nombre de su esposo y cosas como <<accidente>>, <<dolor>>, todo quedaba en suspenso apenas la rodeaba por la cintura con mis brazos. Me asustaba pensar que los terroristas nos descubrirían y en más de una ocasión sentí pasos, deben estar a la defensiva buscándonos. Representamos una amenaza considerable.

El edificio de noche se ve un poco más hogareño, no tiene luces, como es de suponer y la luz de la luna incide en el techo de manera que debe iluminar a los habitantes del interior del lugar. Vanessa va lo más atenta que puede ir una muchacha que se siente mal. Opino que debe ser su período se ponen raras en esos días, pero no se quejó de cólicos y me negué a preguntar algo tan indiscreto, ya la he molestado mucho con ese asunto. Cambiaré mi trato, solo será un mes o dos luego listo, ella fuera de mi vida y todo volverá a la normalidad. Nunca nos toparemos en las calles ya que San Diego se caracteriza por su extensión y densidad poblacional.

-¿Crees que estén bien? -Inquiere aproximándose y saltando de una sombra a la otra seguida de mí. Su pecho se sube cada vez que brinca, es divertido ver esa escena -, pudieron salir a buscarnos, ser emboscado...

-¡Joder no! -Niego por lo bajo -, me muero de hambre tengo que comer o tendré mareos. Si salieron Derek se llevó los víveres que lo acompañan -Ella ríe un tanto por como digo las cosas en el instante en que abro la puerta, el sonido de armas me sorprende.

Mackenzie [✓] EN EDICIÓNOù les histoires vivent. Découvrez maintenant