Capítulo #2:

2.4K 250 436
                                    

Vanessa:

—Alguien madrugó —La voz de Víctor sentándose en la isleta de la cocina me hace girarme con un plato para que desayune—. ¿Nerviosa?

—Lo normal —comento y busco un plato para mí, antes de sentarme a su lado—. No será tan terrible.

Levanto mi tenedor amenazadoramente y veo que no toca las crepas que preparé. ¿Estarán malas? ¿No estarán bien cocidas? Yo por mi parte me dispongo a comerla. Tengo que entrar temprano a trabajar.

—Fue lo mismo que cocinaste el día que comenzó en S.W.A.T.

Instantáneamente me quedo en pausa y mi sangre se hiela. Pensé que no lo recordaría. Yo luchaba por no hacerlo, pero fue el único desayuno que martilló mi cabeza en la mañana. Comienzo a sentir como mi cuerpo se tensa y me apresuro a llevar una crepa a mi boca. Apenas lo hago, mi amigo detiene el cubierto.

—Imaginé que me llamarías después de esa pesadilla anoche.

No creí que me escuchara y puede que no lo hiciera. Lo mejor será negar. Libero mi mano para seguir comiendo.

—No tuve pesadillas. Fue solo que me caí de la cama —respondo con la boca llena.

—Nunca entenderás que cuando tienes ese sueño del que no me hablas, grita desde que comienza hasta que termina y no solo cuando abres los ojos.

Me lo ha dicho un millón de veces, pero me niego a creerlo. Lo hace para que hable. No puedo, de bastante ayuda está siendo. Trago la comida y necesito buscar una salida de todo esto, por mi salud sentimental, la cual está bastante delicada.

—No quedaron buenas —suelto en un ataque de nerviosismo—. Las tiraré.

Me bajo a gran velocidad de la mesa con mi plato y quito el suyo de delante. Me observa enarcando una ceja.

—Puedo cocinar cualquier cosa más...

—¡Vanessa, cálmate! —pide cuando me aproximo a la basura y lanzo mi plato.

No se mueve de su asiento.

—Dame eso, lo comeré, sabes que eres la mejor chef del condado, pero la peor expresando lo que sientes. —Apoya sus codos sobre el islote—. Es solo que, no pensé que cocinaras lo mismo en tu primer día.

Le entrego el plato de vuelta y me dispongo a lavar el mío.

—Lo lamento —murmuro.

Aparta el plato que se desliza por el islote de mármol hasta su lado derecho para que posteriormente su mano se ponga sobre la mía. Mi alma comienza a sentirse lastimada, quisiera que este maldito día no hubiera iniciado así.

—Todo bien, no debí hacer ese comentario. Es solo que no pensé que estuvieras tan...

—Lo extraño, ¿sabes? —digo antes de que finalmente mi alma se quiebre y dos lágrimas sin sollozos salgan de mis ojos—. Recuerdo todo, incluso los detalles más mínimos.

—Ok, ok, ok. —Suspira para evitarme el disgusto que sabe me causa—. No hables de eso hoy que estás a punto de entrar en las United States Navy Sea, Air and Land.

Sonríe al decirlo y no es para menos, está cumpliendo el sueño de su vida, no necesito ver su cara para dar un veredicto. Hablar de lo que hace le apasiona.

—No cualquiera llega ahí.

—Me pasé mi vida entrenando para esto. —Le recuerdo, levantando la vista.

—Vamos, debes bañar...

Justo cuando se dispone a terminar de hablar —y a la distancia— sentimos un bip, bip, bip... dos para ser exactos.

Mackenzie [✓] EN EDICIÓNDove le storie prendono vita. Scoprilo ora