Capítulo #13:

690 114 68
                                    

Capítulo #13:

Vanessa:

Con un poco de mareo comienzo a abrir los ojos la cabeza me va a estallar y me siento débil como si no hubiera comido en años. Sé que Derek me dejó fuera de una misión, pero después de eso las cosas se vuelven confusas.

─Vanessa. ─Alguien me llama por mi nombre completo en lo que la claridad inunda mis párpados.

¿Dónde estoy? 

¿Por qué no me encuentro acostada en mi departamento? 
¡Un momento! Yo entré al baño de mi casa, tomé la cuchilla y me corté las venas además de tomarme la mitad de un frasco de pastillas para dormir. 

─Vanita, cariño. ─Por ese apodo creo saber de quién se trata.

─¿Papá? ─Del fondo de mi garganta sale un tímido clamor confuso─. ¿Dónde estoy? 

Finalmente, los ojos se me acostumbran y me encuentro con él abrazado a mí. Está llorando a mares en mi hombro. Lágrimas que ya he visto en más de tres ocasiones.

En mi muñeca izquierda hay un peso ajeno a mi piel. Se siente como una cicatriz, de seguro que lo es.

Papá levanta su cabeza y me observa con una sonrisa en sus labios. Sus pómulos están altos, mojados por varias gotas saladas. Ya sé dónde estoy, en el cuarto de un hospital. 

─Oh, Vanita. ¿No lo recuerdas? ─suelta de pronto y asiento─; te cortaste las venas y tomaste una cantidad considerable de estupefacientes. Vomitaste en el instante en que Emily, Mía y yo llegamos.

─¿Mía? ─La lengua se me cansa de solo decir una sílaba.

─Vitico las llamó, dijo que estaba trabajando que su jefe le había dicho que te fuiste perturbada. Me di cuenta de lo que tramarías justo en el momento en que llamé y me dijiste que me querías.

Enarco una ceja. Él pone los ojos en blanco.

─No es que lo dude, es poco usual en ti decir eso —prosigue.

─Lo lamento. 

Odio hacerlo pasar por estos malos ratos, pero si me dejaran morir ya se acabaría el martirio para todos. Hago el intento de sentarme en la cama sin óptimos resultados.

─Está bien Vanita, no te esfuerces. ─Me pide, acomodando mejor mis almohadas.

No soy capaz ni de mirar a mi padre a los ojos por lo que le hice. Lo peor es que no solo él se sentirá herido por mi acción. No deseo seguir viva tras haberme ido a la cama con Antonio Ross. Le fui infiel a Ash y eso es algo que no me perdonaré jamás.

─¿Víctor lo sabe? ─pregunto temblorosa.

─No, hemos evitado sus llamadas. Has estado inconsciente casi doce horas. —Sonríe con dolor─. Mía fue a su casa ya que Jasmine la necesita para dormir, Emily estaba molestando con mi dosis de insulina por lo cual le pedí un café con bastante azúcar.

─Papá. ─Lo reprendo en tono borde.

─Me dijo que algún día me atragantaría con mi propio veneno. —Ellos nunca dejarán de discutir—. Tu celular no ha dejado de sonar de unos minutos para acá, dos llamadas de Vic y el resto de un número desconocido.

─¿Contestaste? ─pregunto con terror. 

Niega.

Espero que Antonio no se atreva a contarle a nadie sobre lo que hicimos. Si no lo hecho de seguro está esperando el momento propicio para arruinarme la vida. 

─Escucha, la última vez que hablé con Vitico dijo que sería una misión sencilla que tal vez hoy regresara. Lo sabrá tarde o temprano. El médico dijo que te dejaría ir cuando te sintieras más fuerte. ─Bajo la vista avergonzada y agrega─. Te tuvieron que trasfundir sangre y sacarte algunas pasillas que no vomitaste.

Mackenzie [✓] EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now