Capítulo 13

2.1K 90 0
                                    

—Mer.

Mmmmm.

—Mer.

Algo aplastaba mi cuerpo.

—Meredith.

¿Qué?

Creo que logro murmurar algo.

—Mer, Felipe está aquí— dijo Anna.

Abrí los ojos rápidamente para encontrarme con la cara de Anna muy cerca mío, quería pasar mi vista por la habitación pero no podía. ¿Dónde estaba?

—Ah, sí sabía que nombrándolo te iba a despertar, lo hacía antes.

—¿Dónde está?— pregunto.

—Era una broma, Mer.

—Ay, Annie.

Quería seguir durmiendo.

—¿Por qué estás arriba mío?

Todavía no se había levantado.

—Te observo dormir. — dijo como si fuera lo más normal del mundo— No podía dormir más así que te quería preguntar si vamos a correr.

—¿Qué hora es?

—Las 6 de la mañana.

¿Qué?

—Anna Gilbert, ¡voy a matarte! ¿Cómo me vas a despertar a esta hora?

—Oh, vamos, Mer. Bueno, iré sola— bufó.

—No, ya me despertaste. Iré contigo.

Chilló y, finalmente, salió de encima mío.

En definitiva, estábamos trotando a las 7 de la mañana. No me pregunten por qué. No lo quiero saber.

—¿Estás contenta?— pregunta Anna.

La miré con cara de pocos amigos. Pero mi rostro se iluminó cuando lo vi. Venía trotando con Henry en dirección contraria a la nuestra.

—Annie, ¿estoy linda?

Me miró con cara de confusión.

—Lo suficiente para estar corriendo hace una hora, ¿por qué?

—Felipe.

Señale con la cabeza, se estaban acercando a nosotras pero todavía no nos habían visto.

Anna hizo una mueca, comprendiendo lo que quería decirle.

—Estás bien.

Cuando estaban más cerca nuestro, nos notaron y pararon a saludarnos. Nosotras hicimos lo mismo. Tomé una buena bocanada de aire.

—Hola, preciosa.

Una sonrisa se dibujó en mi cara. Lo que generaba ese hombre en mí. Y entonces me besó. ¡Me besó! ¡Adelante de Anna y Henry!

Escuchamos un carraspeo y nos separamos.

Anna y Henry nos miraban mal.

—¿No les parece excesivamente temprano para tanta demostración?— preguntó Henry.

—Ni siquiera nos saludaron— lo secundo Anna.

—Henry Trend, nena— insinuó a Anna.

—Anna Gilbert— le respondió amablemente.

—Hola, Henry— saludé.

—Un placer volver a verte.

Felipe saludó a Anna.

Un nuevo caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora