Roces accidentales [Completa ✔]

Capítulo 27

La ultima vez que me embriagué tanto no tenía una resaca nivel dios como aquella ocasión de mi cumpleaños. Por suerte no fui el único, refiriéndome a que mi hermano también estaba sufriendo los estragos del alcohol por la fiesta desenfrenada que organizaron para mí. Aunque, bueno, me perdí el resto de la noche por tratar de saciar mi deseo sexual con mi novia. Pero nuestro acto se vio interrumpido por falta de preservativo. En fin, ya será en otra ocasión. 

De una u otra manera tenía que acabar con este dolor insoportable que no me dejaba ni siquiera concentrarme, y mi hermano no dejaba de quejarse —como es costumbre—, así que traté de «rescatarlo». No solo tuvimos ese detalle, también tuve que ayudarlo a cubrir unas marcas que se asomaban un poco a la altura de su clavícula: las marcas de su noche de pasión con su novia. Lo bueno es que era temporada de frio y la ropa le ayudaría un poco, lo malo es cuando se descuidara y lo vieran como si un vampiro lo hubiese atacado.

—¿Crees que se notan todavía? —cuestiona mientras se ve en el espejo de su habitación.

Recuerdo que casi pegué un grito al verlo marcado. Claro, yo también llevaba unas marcas, pero en partes del cuerpo que no son visibles, je, je. 

—No, ya se han desvanecido lo suficiente a comparación del primer día.

—Creí que permanecerían para siempre, pero es bueno ver que casi se han ido. —Reacomoda el cuello de su suéter para cubrir lo poco que queda.

Me encuentro en su habitación leyendo uno de sus tantos mangas que tiene en su colección. Ahora que lo veo, esto es bastante interesante. Creo que debería de prestarme unos cuantos para terminar de leerlos.

Hoy tuvimos un poco de trabajo en el taller, hay días que está totalmente tranquilo y nos morimos del aburrimiento, así que Zach decide darnos la salida para estar en casa temprano. Hoy fue un día de esos.

En cuanto llegamos seguí a Pete hasta este lugar. Siempre está en mi habitación, así que es mi turno de invadir su espacio personal y que mejor que apreciar de lo que él tiene. Por suerte hoy está bien organizado, por lo regular siempre tiene ropa sucia regada por el piso. Hoy se ve mejor que antes, supongo que se debe a que tarde o temprano Jenni vendrá a visitarlo un día de estos y quiere mantener todo limpio. 

Mientras me encuentro recostado leyendo sin perder detalle del manga, noto que comienza a hacer algo, una especie de manualidad. La verdad me llama la atención, así que decido averiguar de qué se trata.

—¿Qué haces?

—Estoy haciendo un detalle para Jenni. Pero ahora que lo veo es demasiado cursi —y efectivamente, es una tarjeta diseñada por él mismo por el día de San Valentín.

—Se ve bien, estoy seguro de que le gustará. —Sonreí mientras cruzaba los brazos.

—Y tú, ¿qué le regalaras a Elena? Ahora que lo pienso, es doble. —El cumpleaños de Elena es al día siguiente de San Valentín.