Roces accidentales [Completa ✔]

Capítulo extra |Especial Halloween|

Deryck

La noche cae lentamente en la ciudad, las calles poco a poco se iluminan cuanto más oscuras están, y un bullicio de niños caminando por la calle se hace presente. Claro, esta noche no es como cualquier otra, es noche de Halloween, lo que significa una cosa.

—¡Dulce o truco!

Gritan a la entrada de la casa un grupo de niños disfrazados.

—¡Aquí no hay de eso! —responde Pete desde el interior.

—Peter, no seas así —menciona mi madre quien le hace entrega de un bowl lleno de dulces—. Anda, sal y regálales algo de dulces.

—Está bien. —Camina hacia la entrada sin ganas.

—¡Espera! —Lo detiene y le coloca unos cuernos de diablillo que se iluminan de color rojo.

—No, por favor, no esto.

—Tienes que estar acorde a esta noche. Ahora sí, ya estás listo.

Pete camina a paso lento y suelto una risa al verlo así. Me encuentro sentado en el sofá más pequeño mientras veo una película de "terror". Hay que admitirlo, las que salen últimamente ni están buenas, pero no tengo más qué ver, hasta ahora que veo lo ridículo que luce Pete con esos cuernos.

—Deja de reírte —me regaña mi madre y trato de resistir mi risa—. Mira, tengo estos para ti. Levántate y entrega dulces con tu hermano.

—¡¿Qué?!

Pete soltó una risa bastante ruidosa, claro, burlándose de mí. Me levanto de mala gana y mi madre me coloca los cuernos que son iguales a los de Pete, abrimos la puerta y vimos a seis niños esperando por sus dulces. Se ve que tienen alrededor de seis y diez años.

—Oigan, ¿de qué se supone que son sus disfraces? —pregunta un niño que lleva un disfraz de esqueleto.

—De un par de jóvenes que están preocupados por la edad adulta —respondo y les hago entrega de sus dulces.

—Pero llevan cuernos de diablo —menciona una niña que está vestida como Tiffany, la novia de Chucky.

—Es un plus que le da a nuestros atuendos de que estamos estresados por los compromisos que se aproximan —añade Pete.

—Eso no tiene sentido —habla otro niño que intenta ser Michael Myers, apenas y puede escucharse su voz por la máscara que lleva puesta.

—Muy bien, ya les dimos sus dulces, ahora ya pueden irse.

Es lo ultimo que le digo al grupo de niños para después cerrar la puerta, los dos soltamos una gran cantidad de aire y volvemos al sofá para seguir viendo la película de "terror" que están trasmitiendo.