Roces accidentales [Completa ✔]

Capítulo 1

Sebastopol, California. EE.UU.

27 de Julio 2019 - 00:12 h

Deryck

Jamás voy a aprender la lección de «mejor quédate aquí, no es necesario que salgas el día de hoy». Pero eran tantas las insistencias de mi mejor amigo que decidí irme por la opción número dos.

Hace un par de horas todo se veía tan bien, era tan emotivo ver que había más personas en la bodega donde normalmente nos reunimos; amigos cercanos del otro extremo de la ciudad, además de conocidos de hace un par de años. Pero todo cambió cuando recibimos una orden totalmente diferente a la que estábamos acostumbrados los últimos meses.

Lo peor de todo fue lo que vino después.

—¿Por qué tuve que salir de mi casa? —me cuestioné mientras camino a paso lento por la acera sin saber muy bien a donde me dirijo. Bien, sí lo sé, pero no creo llegar a este paso y menos por el pequeño detalle que llevo.

Recuerdo cuando era un niño, todo era más fácil y no me preocupaba por lo que sucedía a mi alrededor. Ahora que soy un adolescente —casi adulto—, siento que todo es más complicado... más bien, todo lo es en realidad. Siempre mencionare que la etapa favorita en mi vida fue la niñez.

Cuando comencé a entrar a la etapa de la llamada "pubertad" mis cambios de humor comenzaron a ser un enorme contraste, claro, tampoco estaba llevando una vida de en sueño justamente a esa edad. Fue peor. De igual modo no soy un problema del todo; tengo buenas calificaciones y trabajo por mi propia cuenta, aunque a veces no es bueno lo que hago, o hacía.

Ahora que estoy aquí, siempre me había preguntado: ¿cómo será el último día de mi vida? ¿Qué pasará antes de morir? Era algo de estaba en mi cabeza desde hace un par de semanas por los embrollos en los que estaba metido. Siempre he tenido estos pensamientos un tanto retorcidos desde hace ya un tiempo y esta noche no es la excepción. No sé porque, pero quiero imaginar que hoy es ese momento para mi desgracia. Al menos eso pienso. 

—¡Todo esto es un desastre!

Escucho a lo lejos mientras me encuentro apoyado en la puerta del copiloto de un auto, sentado en el asfalto en medio de la oscuridad sobre la avenida. Respiro de manera agitada después de caminar varias calles alejándome del disturbio que había a unos cuantos metros. No pude más y me deje caer en este lugar para descansar un momento mientras vuelvo a tomar un poco de aire. 

A pesar de que me encuentro a varios metros de distancia, aún se escuchan algunos gritos de las personas que se encuentran cerca de la zona de desastre. No puedo respirar bien por el pañuelo que llevo puesto tratando de ocultar mi rostro, una forma de mantener en anonimato mi identidad. Decido quitármelo y siento como el aire ingresa con más facilidad a mis pulmones, es una sensación tan reconfortante. Me quito la capucha de mi sudadera, hace un calor infernal. Apoyo mi cabeza sobre la puerta y cierro los ojos, trato de tranquilizarme porque en verdad necesito seguir mi camino; estoy solo en esto, y no puedo quedarme más tiempo aquí o alguien me encontrará.