Capítulo 19

6.8K 372 169
                                    


Nota: el siguiente capítulo es un flashback, por lo que será más largo que los otros. Termina en el momento donde encuentren estos símbolos (***)


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Ese triste episodio de mi vida quedó marcado para siempre, en cierto modo no estoy orgulloso de lo que hice, pero ¿qué puedo hacer? No lo puedo borrar así de simple. Era el motivo de mis desvelos, que no quisiera dormir durante semanas ya que las imágenes estaban presentes a cada momento del día. Con tan solo un instante que cerraba los ojos aparecía de manera repentina y me obligaba a mantenerme despierto.

A pesar de haber hecho lo que jamás me imaginé, puedo decir que hay ocasiones en que deja de importarme. No es que me sienta orgulloso porque no soy eso, un asesino, pero tuve mis motivos para hacerlo, y quizá eso me reconforta de la idiotez que cometí. 

Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, aquella noche de invierno del mes de febrero del presente año. Acababa de cumplir diecisiete años, precisamente el día primero, fue durante la madrugada. Mis tragedias siempre suceden cuando cae el sol y la oscuridad se apodera de la ciudad.

Todo comenzó el día cinco del mes ya mencionado. Johannes y yo acabábamos de salir de la preparatoria, así que ya íbamos de regreso a casa en nuestras patinetas. En aquel entonces, mi padre ni de broma me prestaba su auto y le prohibía a Susan prestarme el suyo, por suerte tenía en qué transportarme y mi centro de estudios no quedaba muy lejos de casa.

Era la misma ruta de todos los días, no cambiaba absolutamente nada. Prácticamente algunos de los vecinos ya nos conocían como el par de delincuentes con rostros angelicales del lado norte, porque eso aparentábamos, no parecía que pertenecíamos al bando del famoso Adam Jones. Como lo dije, no éramos conflictivos, solamente bastaba que provocaran al idiota de nuestro líder para comenzar una disputa como lo fue cinco meses después.

Nos desplazábamos en nuestras patinetas por toda la calle viendo a nuestro alrededor, mientras en momentos conversábamos sobre algunos planes que teníamos en un futuro incierto. Siendo sincero, llegamos a hablar sobre que tarde o temprano moriríamos si continuábamos en la pandilla. 

—Aléjate un poco más. Odio el olor de la marihuana. —Ya era una triste costumbre que mi amigo, al salir de nuestros estudios, encendiera un rollo de esa planta que tanto le encantaba.

—No seas llorón, ni siquiera huele esta cosa. —Le da una fuerte calada y deja salir el humo poco a poco mientras se ríe como idiota. 

Atravesamos las avenidas en nuestro medio de transporte típico de un adolescente de nuestra edad. Llevaba un cigarrillo mientras escuchaba a Runaway de Bon Jovi mediante mis auriculares. El aire frio me golpeaba el rostro y entrecerraba un poco los ojos por la sensación térmica.

Roces accidentales [Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora