Capítulo 0

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¿Cuándo fue la última vez que me quedé solo en casa? La verdad no lo recuerdo, es por lo que estoy aprovechando este momento de tranquilidad. 

Se supone que a esta hora debería de estar en la calle deambulando por ahí sin hacer algo importante, simplemente perder el tiempo en algo que no tiene importancia. Pero los planes el día de hoy son otros y he decidido quedarme aprovechando que me encuentro solo. Quiero sentirme más cómodo; me recuesto en el sofá más grande mientras veo una serie en Netflix y acabo con todo lo que había en las gavetas de la despensa. 

Así es como debería de estar todo lo que resta de la tarde, pero un ruido hace que esté alerta de lo que sucede.

Por un instante pienso que fue mi imaginación así que lo dejo pasar, pero vuelvo a escuchar ese ruido. Veo hacia cada rincón de donde me encuentro, pero no veo nada, hasta que escucho que algo se rompe en la cocina. Me levanto rápidamente y camino hacia ese espacio de la casa y veo como alguien intenta meterse por la ventana que está frente al lavabo. Lleva un suéter negro con la capucha puesta.

¿En serio hay gente metiéndose a robar a las casas a esta hora del día? Y con personas presentes.

Vaya ladrón tan estúpido.

Tomo una escoba que se encuentra a un costado de la entrada, me acerco para propinarle un golpe hasta que se quita la capucha rápidamente.

—¡No, no, no, espera! ¡Amigo, soy yo! —Me quedo con la escoba en el aire por encima de mi cabeza, me detuve en el momento que veo que se trata de mi mejor amigo: Jo. 

Me da una sonrisa mientras se mantiene con medio cuerpo afuera tratando de entrar.

—Pero que demon... ¿Qué haces metiéndote por la ventana de la cocina? ¿Por qué no usas la puerta?

—Quería asustarte, pero mi plan salió mal o pudo salir peor. —Señala la escoba—. Ay, ¿esa taza con dibujos de perritos era tuya?

Vemos hacia el suelo y observo como la taza quedó hecha añicos. 

—No... bueno sí, era mía. —Comencé a barrer mientras él se mantenía en la misma posición.

—Lo siento, te lo compensaré en un futuro... Por cierto, ¿me ayudas? —pregunta. Extiende sus brazos y lo sujeto para ayudarle, procurando no tirar algo más. 

Logra entrar y comienza a sacudirse cuando se encuentra de pie en medio de la cocina.

—¿Por qué llevas puesto un suéter? Hace demasiado calor, estamos en pleno verano —digo mientras camino hacia la sala para continuar viendo la serie que acaba de comenzar mientras él me sigue.

—Sí, bueno, tiene explicación. Por cierto, es hora de irnos.

—Amigo, qué flojera. Además, estoy viendo una serie. —Él ve el televisor mientras vuelvo a recostarme en el sofá.

Roces accidentales [Completa ✔]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin