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La torrencial lluvia se convirtió en una ligera llovizna mientras caminaron de la mano hacia la playa. Era cerca de la una de la mañana cuando ambos, alfa y omega, se sentaron a la orilla del mar y contemplaron su inmensidad. La extensión de agua, oscura y profunda, alcanzaba mucha más de lo que sus ojos podían contemplar. El único sonido era el de las olas rompiéndose entre sí y el viento soplando con fuerza.

Hoseok se quitó la chaqueta y abrigó a Taehyung. Aunque poco se podía hacer para aliviar el frio, ambos estaban empapados por la lluvia. Hubiera preferido tener esta conversación en la calidez de la suite del hotel, pero Tae insistió en que debía llegar al mar, era la razón por la que se retiró de la fiesta tan temprano. Iba camino al mar cuando Suran lo interceptó. Y para no empeorar su colapso nervioso no le quedó más que acceder a los deseos del omega. Los guardaespaldas que envió a buscar a Taehyung los custodiaban desde lejos y le proveyeron de una manta y una sombrilla. Afortunadamente la lluvia cedió, así que ambos se quedaron abrazados y sentados junto al mar.

Hoseok estaba esperando que Taehyung dijera algo, lo que sea que le indicara que se había calmado. Se rehusaba a preguntar cosas estúpidas como "¿estás bien?" cuando la respuesta era evidente. Tae tenía la vista fija en un punto lejano y parecía estar en trance, como si estuviera en medio de una parálisis del sueño, en medio de pesadillas.

Cuanto destrozaba a Hoseok el verlo así.

Cuando pensó que Tae no hablaría, finalmente lo miró y sonrió, a pesar de que las lágrimas caían por sus ojos.

—Te decepcioné otra vez, ¿verdad?

—Dios, por supuesto que no...—Hoseok apretó la mano del omega y depositó un beso en ella.—Yo solo estoy agradecido de que estés aquí.

Tae se limpió las lágrimas y miró hacia el océano otra vez, no era capaz de ver al alfa a la cara mientras abría su corazón porque no era fácil. Y temía ver la lastima en sus ojos, era lo que más odiaba junto con la compasión.

—Fue una intoxicación por benzodiacepinas, bebí casi el frasco entero de mis ansiolíticos...—Murmuró Tae. —Los médicos dijeron que deje de respirar mientras dormía.

—Taehyung...

—No, déjame decírtelo porque no sé si tendré otra vez el valor si me interrumpes ahora.

Hoseok solo apretó con fuerza su mano, indicándole que escucharía todo lo que Tae quisiera contarle.

La verdad es que hablaba con la misma tranquilidad de quien cuenta una historia que no es suya, todo lo que recordaba era como la espuma en el mar, parecía desaparecer de sus recuerdos una vez que dejaba salir las palabras de su boca.

—Te dejé atrás, como si no me importara el desastre que hice y me odiaste por eso. Pero no era así. Yo no tenía fuerzas ni para respirar, Hoseok.

—Fue mi culpa.

— ¿Por qué?—Empezó a enumerar todas las posibles disculpas de Hoseok. — ¿Yo no pude ver que no estabas bien? ¿Debí saberlo más que nadie? No, ¿Cómo podrías saberlo cuando ni yo mismo me entendía?

Hoseok lloraba ahora maldiciéndose a sí mismo. La cantidad de culpa y odio que tenía hacia sí mismo no podía ser expresada con palabras.

—Lo lamento tanto, Taehyung...

—No, no estés así...—El omega entró a sus brazos y se acurrucó en su pecho. Justo donde pertenecía, mientras los espasmos del llanto dejaban a Hoseok sin aliento. —Yo mismo me forjé mi camino. No dejé entrar a nadie y mantenía todo para mí mismo. El caos que era mi interior nadie lo supo hasta que terminé en el hospital.

Hermoso, Coqueto y Vanidoso•||(Vhope)Trilogía Herederos KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora