Hermoso, Coqueto y Vanidoso•||(Vhope)Trilogía Herederos Kim

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Toda la noche busco la oportunidad de acercarse a Taehyung, pero cada vez que estaba cerca, una nueva ola de empresarios o dignatarios extranjeros lo acorralaban. Para el final de la noche, estaba exhausto, y había perdido de vista al omega.

La mente de Hoseok estaba en cualquier otro lugar, menos aquí. Estaba pensando en que debía decirle a Taehyung una vez que estuvieran a solas.

¿Qué era exactamente lo que quería de él?

No importaba cuantas veces repasara la historia, el final siempre seria trágico. Lo que se rompió aquella vez no fue solamente un compromiso, fue la confianza y el amor que le tenía al omega. Recordar cuanto sufrió y lo mucho que le costó reconstruir su vida no era fácil, aun no terminaba de sanar. Durante meses sufrió la agonía de su lobo llamando a su pareja destina, un eco que se desvanecía en la nada porque Tae lo dejó atrás. Las dudas lo atormentaban, preguntas sin respuestas incansablemente en su mente. Después de causar estragos en su vida, Tae se huyó, sin darle explicaciones. Hoseok ilusamente esperó que el omega llorara, que le pidiera la oportunidad para justificarse, pero lo que más anhelaba era que confiara en él. Pero nada de eso sucedió. La separación fue mucho más dolorosa porque les hizo ver que, a pesar de estar juntos, era una relación que nunca llegaría a ningún lugar porque no estaban en sintonía.

Querer forzar sus ideas en la mente de Taehyung, el no aceptar que su omega no estaba listo para ciertas cosas, el presionar hasta el cansancio... fue el gran error que Hoseok cometió. Ambos eran culpables en este circo que se armó.

Hoseok no estaba orgulloso de la persona en la que se convirtió durante el tiempo que estuvo solo. Cayó en un ciclo autodestructivo, es como si fuera su turno de tocar fondo. Los titulares tenían una nueva historia que contar cada semana. Se refugió en el trabajo y en las relaciones de una noche, buscando escapar de su propia mente que lo torturaba con los pensamientos de su más grande fracaso. Se alejó de su familia, aceptó todas las rupturas con resignación. Y se obligó a fingir que estaba bien. Actuar como si nada le hubiese afectado por fuera, como si pudiera rehacer su vida sin mayores complicaciones.

Pero todo esto era una farsa.

Lo único que logró despertarlo fue el regreso de la misma persona que lo destruyó.

Al principio, estar en la misma habitación que Tae lo llenaba de cólera. Luego de casi dos años de no verse, el omega regreso para poner su vida de cabeza de una nueva manera. El Taehyung del pasado con el del presente se veía exactamente iguales, pero la madurez que adquirió marcaba una gran diferencia. Aceptó sus errores y pidió perdón, daba la cara como no fue capaz de hacerlo antes y, sobre todo, se convirtió en una persona en la que podía confiar.

Ahora, Hoseok no estaba cegado por su amor hacia Taehyung. Sabía perfectamente que el omega podía ser un total desastre, pero también sabía que, por mucho dolor que le haya causado antes, lo amaría por siempre. Tan imperfecto como era y esta vez, estaba siendo sincero. No tenía deseos de domar el alma del omega, no quería imponerle su voluntad y tampoco esperaba nada de él. Lo único que quería era estar a su lado. Apoyarse mutuamente. Dejar el pasado atrás, las expectativas de los demás y sostener su mano con fuerza sin importar cuán fuerte lloviera sobre ellos.

Eso era lo que necesitaba decirle.

Cuando la fiesta decayó y las personas empezaban a retirarse, buscó por ultima vez a Taehyung por todo el salón pero no lo encontró. Es más, ninguno de los Kim estaba presente en la fiesta. Su primer pensamiento fue que quizás ocurrió una emergencia con el Presidente Kim, la salud del alfa era frágil y toda la noche estuvo fatigado.

Hoseok se retiró también y se dirigió a la habitación de Taehyung. Estaba nervioso, se sentía como un adolescente que iba a confesar sus sentimientos. Ellos no empezaron de la mejor manera y terminaron aun peor. Pero ahora tenía la oportunidad de cortejarlo como tuvo que haber sido. Se sentia estupido, torpe y feliz a partes iguales.