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Suspiro al sentir como unas manos firmes acariciaban su cintura desnuda y subían hasta dar un delicioso masaje en sus hombros, gimió cuando un beso fue depositado entre la base de su cuello y su omoplatos.

-Hobichito, esta noche no, estoy muy cansado.

Taehyung pasó un día terrible acompañando a su padre a sus citas con el cardiologo. Los hospitales no eran sus lugares favoritos. Afortunadamente el Presidente Kim estaba estable y tranquilo. Solo debía seguir con sus tratamientos. Tae estaba un poco inquieto respecto a los cuidados de su padre cuando se fuera de casa. Con Namjoon ausente y sus hijos omegas emparejados, su padre se quedaría solo en aquella enorme mansión. Debían contratar una enfermera o enfermero de inmediato.

Pero eso era algo que hablaría con Namjoon mañana.

-Tu jamás me das una tregua. ¿Por qué debería ser considerado contigo?

Tae prácticamente ronroneo.

-Me gusta cuando te pones así, todo machote. Pero tu amorcito no quiere cariñitos hoy, ¿OK?

Hoseok le dio una pequeña mordida juguetona en el cuello.

-Complace a tu alfa esta noche.

-Nop.

-Anda, amorcito. -Hoseok le mordisqueo la oreja. -Hobicito quiere mimos.

Tae negó con la cabeza y trato de hundir el rostro entre las almohadas pero el alfa no estaba dispuesto a recibir un no como respuesta. Riendo con esa voz ronca que se cargaba, lo incito a darse la vuelta y quedaron cara a cara, la vista de ese cuerpo delgado y esbelto descansando descaradamente sobre su cama, lleno a Hoseok de un deseo primitivo que no pudo controlar.

-Dame tus manos.

Todo su interior se derritió al escuchar su voz dominante. El lobo de Tae no pudo hacer más que juntar las manos y extenderlas hacia su alfa.

-Hobi...

Hoseok lo silencio con un beso.

-¿Quieres jugar al silencio, mi Tae?

-Eso no, por favor. -Tae tenía las mejillas rojas de la vergüenza. -¡Sabes que siempre pierdo!

-Tonterías. -Hoseok se quitó la corbata y lo siguiente que el omega supo fue que sus manos estaban atadas a la cabecera de la cama. Su alfa lo había atado para que no pudiera usar las manos para cubrirse la boca y ahogar sus gemidos. -Si guardas silencio por treinta minutos, voy a dejar que te corras.

Tae quería protestar pero encontró que no tenía palabras para negarse porque también quería jugar a poner su resistencia al límite. Después de todo el estrés de los últimos días, necesitaba mimos también. Su boca se seco y su respiración se alteró cuando observo como Hoseok se despojaba del resto de su ropa, la elegante camisa estuvo fuera dejando al descubierto un abdomen marcado y una piel que se moría por sentir contra la suya, los pantalones de vestir cayeron al suelo junto a la ropa interior y su alfa estuvo desnudo e imponente como un maldito dios castigador. Por reflejo se retorció queriendo escapar de lo que se avecinaba, pero era inútil.

Hoseok activo el temporizador de su teléfono y lo puso sobre la mesita de noche.

-¿Preparado?

Tae se mordió el labio inferior cuando la boca tibia de Hoseok bajo sensualmente por su cuello, recorrió el camino hacia su vientre y le lamio el ombligo, haciéndole deliciosas cosquillas.

Santa luna, así empezaba.

- ¿Qué? ¿Ni siquiera un suspiro? Mmm... tendré que hacerlo muchísimo mejor que esto.

Hermoso, Coqueto y Vanidoso•||(Vhope)Trilogía Herederos KimWhere stories live. Discover now