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El heredero de los Kim siempre fue un alfa centrado, con una mentalidad tranquila cuando se le presentaban asuntos importantes. Toda la vida fue el pilar de sus dos hermanos menores, quienes lo veían como el centro de su universo hasta que encontraron a sus respectivos alfas, siempre fue el soporte de la familia. Y estuvo feliz con eso, a pesar de todo el peso que cayo sobre sus hombros a tan temprana edad. Con su padre enfermo, unos hermanos a quienes cuidar y una reputación familiar que mantener, no tenia tiempo para pensar en si mismo. Y tampoco escomo si necesitara pensar en su futuro, tenia demasiadas cosas importantes de las cuales encargarse como para anhelar una vida propia.

Namjoon era muy reservado con su vida personal. Incluso su familia desconocia pequeños aspectos de su vida y lo preferia asi, incluso él necesitaba minutos de calma y tranquilidad para sobreponerse a cada infarto que le ocasionaban las travesuras de sus hermanos, es por eso que se consiguió un apartamento privado. Lo adquirio al cumplir la mayoría de edad, cuando se volvió demasiado vergonzoso para él pasar sus celos en la casa junto a la piscina al otro lado de la mansión. Comprendio que era un alfa adulto y que tendría necesidades que no podía cubrir frente a su familia. Un apartamento de soltero fue la solución para eso, además pronto descubrió que tener su propio lugar, un espacio en donde pudiera respirar y liberarse, le hacia bien a su salud.

Namjoon nunca había invitado a nadie a quedarse por mas de la necesario en su apartamento. Los omegas que lo acompañaban en sus celos entraban y salían en cuanto el calor pasaba y luego alguien se encargaba de limpiar y la prescencia desconocida era borrada por completo. Eso había cambiado hace tres meses, cuando en un acto impulsivo le dio la clave de su apartamento a un omega de cabello negro y largas piernas que se colo en su alma y no estaba dispuesto a salir de allí. Solo una vez se había permitido tener semejantes arrebatos y termino de la peor manera posible. Lo arriesgo todo por nada. Ahora, como si no hubiese aprendido la lección, puso su corazón en la línea de fuego nuevamente. Con la diferencia de que ahora no fue el quien pidió que todo se mantuviera en secreto. Namjoon estaba cansado de cualquier juego de mentiras alrededor de las relaciones, estuvo allí y no le gusto. Sus hermanos también lo experimentaron y sufrieron. Pero de nuevo, accedió a seguir con este juego. ¿La razón? Era la única manera de obtener lo que deseaba.

Y eso era a Seokjin.

Desde aquella madrugada en la que descubrió que era su pareja destinada, Namjoon lo supo, que no lo dejaría ir por nada en el mundo. Pero Jin no estuvo de acuerdo y huyo.

Cerro los ojos recordando como había salido de inmediato tras él, incluso le pidió a Junkook que le diera la ruta para llegar a la comunidad en donde Jin vivía con sus tios los Jeon. Condujo a una velocidad demoniaca pero logró alcanzar el auto de su omega fugitivo, para su suerte, estaban varados a media carretera después de pinchar una llanta.

Namjoon freno de golpe y descendió de su lujoso auto negro, cualquiera en la posición de Jin se habría sentido intimidado por el imponente alfa moreno que camino hacia él con los ojos brillantes. Los pasos del alfa eran decididos y confiados, sin muestra de duda. Cuando llego frente a Jin, solo pudo mirarlo con reproche.

Sunying se sorprendió al verlo.

—Joven amo, ¿que hace aquí?

Vine por mi omega.

El viejo Sunying no era tonto, estaba feliz por su joven amo, quién parecía decidido a darse una segunda oportunidad en el amor. Era un alivio, en verdad, que después del conflicto de años atrás, estuviera dispuesto a arriesgarse nuevamente.

—Pues ya se había tardado.—El viejo alfa oculto una sonrisa mientras hacía una reverencia. —Voy a darles privacidad.

Pronto se encontraron solos y con tantas cosas que decir que no supieron por donde empezar.

Hermoso, Coqueto y Vanidoso•||(Vhope)Trilogía Herederos KimWhere stories live. Discover now