Fight So Dirty But Your Love So Sweet [muke]

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Todo era caliente.

No solo eran sus mejillas, las cuales adquirían ese constante tono rojizo intenso debido a la palidez de la piel de su rostro. También, era el resto de su cuerpo, algo que no era demasiado común debido a la baja temperatura a la cual estaba acostumbrado a tener, mucho más en invierno. Lo único que quería en este momento era deshacerse de cada prenda que lo cubría. Porque, puede que no solo fuera su persona, sino también el ambiente, como si una nube de vapor se encontrara cubriéndolo, haciendo que quisiera sumergirse por completo en ella.

Sus labios se movían con desesperación, mientras su cuerpo era empujado lentamente hacia el colchón de su detrás, para terminar cayendo sobre unas suaves sabanas que ya habían cubierto su cuerpo antes. Podía sentir sus pulmones arder ligeramente, debido a la falta de aire que presentaban, por negarse a respirar solo para que los movimiento de sus labios permanecieran igual de rápidos y siguieran un ritmo en específico, pero eso no parecía ser una de sus preocupaciones en este momento. No cuando lo único que quería era más de esos brillosos labios.

Estaba seguro que podría pasar horas besándolos; días, cualquier clase de tiempo que fuera necesario. Eran suaves, algo que no experimentó antes cuando besó a algún otro chico. Pero, no solo era eso. Tenía un ligero sabor a menta, que no se trataba de simple pasta de dientes. Era de esa clase que encontrabas en cigarros con saborizantes, de los mismos que Calum fumaba en la secundaria y siempre recibía burlas de su parte diciendo que no eran "cigarros de verdad".

Por estar demasiado concentrado en el intenso sabor, fue que no se dio cuenta que los otros labios se separaron de los suyos en el momento que dejó de moverlos. Luego, unos ojos azules lo vieron con curiosidad desde arriba, mientras el dueño de este se posicionaba mejor sobre su cuerpo.

—¿Fumas? —fue lo único que pudo preguntar, sintiendo el aire volver lentamente a sus pulmones, mientras su pecho subía y bajaba lentamente. Las mejillas del chico de veinticinco años tomaron un ligero color rosados, las cuales eran en parte cubiertas por unos largos rizos dorados.

—A veces, solo cuando estoy... Uh, estresado —comentó él, sin mirarlo a los ojos, como si estuviera algo avergonzado de su confesión. No pudo evitar sonreír ante ellos, era demasiado tiempo. El rubio lo miró confundido, mientras intentaba apoyar el cuerpo en sus hombros.

—¿Se puede saber la causa del estrés? —preguntó, con cierto tono bromista. Luke mordió su labio inferior, para luego encogerse de hombros. Otro tema del cual parecía no gustarle hablar —. Hey, no te juzgo. Yo también suelo hacerlo cuando me siento estresado. Casi siempre es cuando a mis clientes no les gusta algún boceto que hago y tengo que iniciar de cero o-... —cuando estoy molesto. Negó con la cabeza, dejando la oración al aire. Por suerte, Luke no lo notó.

—Trabajar en un hospital es realmente agotador; pacientes con enfermedades automedicadas por ellos mismos, otros quejándose por su medicación y molestos compañeros de trabajo que creen que no era suficientemente bueno por ser "demasiado joven" —el mayor se acomodó sobre sus muslos, para luego comenzar a desabotonar su camisa. Su atención fue a su pecho, solo por unos segundos —. Intento dejarlo —agregó él, para volver a encogerse de hombros.

—Usar cigarros con saborizantes no creo que ayude —comentó, para luego quitarse el gigante suéter que traía. Sintió su cuerpo temblar ante el frío, y puede que se debiera a ya no tener el pecho de Luke contra el suyo. Él lo miró con una expresión entre sorpresa y confusión —. Ya sabes, esos para adolescentes de quince con sabores artificiales —dijo, para luego soltar una corta risa.

—Dijo el chico que usa aromas artificiales —frunció ligeramente el ceño, sintiendo sus mejillas calentarse. No esperó que Luke fuera a responderle, y mucho menos que soltara una pequeña risa. ¿Qué pasó con el chico que tartamudeaba?