Fight So Dirty But Your Love So Sweet [muke]

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Sus pies caminaban en círculos, mientras sus manos jugaban entre ellas y sentía su corazón retumbar por debajo de su pecho. Eran nervios, ansiedad y, tal vez, algo de miedo.

Sabía que no debería encontrarse de esta manera, porque había repaso el plan demasiadas veces en su cabeza. Se suponía las palabras ya estaban grabadas en su cabeza después de haberlas repasado demasiadas veces la noche pasada. No iba a arruinarlo, además lo peor que podía pasar era recibir un no como respuesta. Y, ahora que pensaba en eso, el miedo se hizo más presente al darse cuenta que un no era lo peor que podría pasarle.

Estuvo por correr a su habitación para posiblemente releer las notas que apuntó en un papel hacía unos minutos, pero escuchó el ruido de unas llaves del otro lado de la puerta que lo hicieron congelarse en su lugar. Luego, escuchó una pequeña risa mientras la puerta era empujada hacia adentro, para después tener la imagen de un chico de cabello rubio decolorado, con el celular pegado a la mejilla y una sonrisa en el rostro. Estaba seguro que en ese momento su corazón se saltó un latido.

—Sí, Calum. Ya llegué —dijo Michael, cerrando la puerta en su detrás, para luego quitarse la casaca de cuero que traía puesta. Sus ojos aún no habían caído sobre los suyos, y eso lo hacía sentir algo más calmado —. Oh, no. No volveremos a jugar bolos mañana solo porque perdiste hoy. Acepta tu derrota, Hood —de nuevo, una pequeña risa salió del menor, haciendo que una sonrisa automática se formara en su rostro.

Los ojos verdes en ese momento cayeron sobre los suyos, para que una pequeña y casi tímida sonrisa se posara debajo de ellos en forma de saludo. Michael se acercó hasta su lado para dejar un corto beso en sus labios, para luego seguir con su conversación.

Se quedó de pie en su delante, escuchando como una voz que fingía molestia salía de parte de Michael, intentando hacerle entender a su mejor amigo que no volvería a jugar con alguien que no aceptaba perder. Los dos amigos intercambiaron unas cuantas palabras más, acompañadas de rodadas de ojos y pequeños bufidos, para que finalmente llegaran a un acuerdo de tener una "cita doble" la próxima y acordar un revancha. La llamada acabó unos segundos después, para que volviera a tener la atención completa de los ojos verdes.

Michael se veía con esa pequeña chispa en los ojos, una que nunca creyó que podría permanecer por tanto tiempo en ellos. Hacía casi una semana que todo estaba volviendo a la normalidad, o más bien, mejor, y estaba seguro que podría acostumbrarse a eso.

No iba a decir que todo era perfecto, porque sabía que aun Michael seguía con su tratamiento y había algunas veces que podía tener pequeños cambios de humor (solo que ya no tan bruscos como los que tenía antes), pero algo con lo que ambos podían lidiar. Él pasaba la mayor parte de su tiempo dibujando, cuando no estaba en el trabajo, o en salidas con Calum, ahora que ambos volvieron a "amistarse" luego de que el moreno aceptara sus disculpas por haberlo hecho preocuparse demasiado. Aunque, lo de hoy no había sido exactamente solo "una salida más".

Le había dado instrucciones especificas a Calum se salir con Michael luego de su trabajo y hacerlo volver a su apartamento antes de que el sol se pusiera, para así tener algo de tiempo para poder calmar sus nervios. Ahora, él se encontraba aquí, en su delante, comenzando a mirar con esa pequeña expresión de confusión al verlo demasiado nervioso.

—¿Cómo estuvo- Uh, la salida? —preguntó, fallando en el intento de sonar casual. Michael lo notó, porque él siempre notaba todo, pero siguió avanzando en su dirección.

—Bien. Gané en los bolos, obtuve pizza gratis y quejas de Calum —respondió él simplemente, encogiéndose de hombros. Luego, sus ojos se entrecerraron ligeramente, para verlo con detenimiento, como si esperara poder leer su mente al hacer esa acción —. Pero, veo que tú no estás bien. ¿Pasó algo? Dijiste que viniera, y creí que querrías que viéramos "mi serie de dragones", pero siento algo más pasa acá.