.38. segunda parte

1.3K 80 150
                                    

Parpadee y bajo un suspiro termine por abrir del todo mis ojos. Intenté moverme, pero sentí que me aferraba con fuerza a su cuerpo. Lentamente me aleje de sus brazos y Salí de aquella cama, busque mi ropa interior y tome su camisa. Era grande y tenía su aroma, me gustaba.

Hoy quería estar así, libre.

Lo observe unos minutos y me acerque a besar su frente sin fuerza, se notaba un poco cansado.

Salí de ahí y comencé a observar el lugar, no había cambiado desde la última vez que vine, pero no había hurgado lo suficiente como para terminar por enamorarme de este lugar. Baje las escaleras, el sol ingresaba con fuerza por el gran ventanal. Era un hermoso día para sentase bajo uno de los árboles y leer con su compañía.

Vire mis ojos hacia una de las bibliotecas que tenía la sala, había un montón de libros. No sabía con cual quedarme, fruncí el ceño cuando vi un uno que decía "álbum de fotos". Lo tome con gran curiosidad y camine hacia la cocina.

Sentándome en la mesada luego de haberme hecho un té, comencé a ver aquel libro de recuerdos de la familia Villamil. Sonreí cuando vi a Juan Pablo de pequeño, era un niño tan tierno que me hacía recordar a Bruno de lo pícaro que salía en aquellas fotografías.

- Lía

Asustada cerré el libro, el grito desesperado de Juan pablo hizo que saliera con rapidez de aquella habitación. Se encontraba agitado observando para todos lados.

- ¿te encuentras bien? – fruncí el ceño confundida, asustada

Volteo a verme y rápidamente se acercó a mí para abrazarme con fuerza contra su cuerpo. Confundida le respondí el abrazo apoyando mi cabeza contra su pecho, su corazón latía con mucha fuera. Lanzo un suspiro, algo no estaba bien.

- ¿te encuentras bien? – volví a preguntar

- Solo me asuste al no verte – susurro y beso mi coronilla

- Lo siento, no tenía más sueño – apenada comente – pero estoy aquí – me separe para observarlo con una leve sonrisa

- Solo, no te vayas – suplico

- No me voy a ir, estoy aquí

El asintió y volvió a abrazarme con fuerza. Me preocupaba que se sintiera así tan asustado, como un niño pequeño.

- ¿quieres desayunar conmigo? – pregunte curiosa

El lanzo una leve risa haciendo que su cuerpo tiemble, sonido melodioso era lo que salía de él.

- ¿me cocinaras? – se separó de mi para observarme curioso

- Claro que no – lo moleste

- ¿entonces? – frunció el ceño

- Hablaba de este desayuno

Me acerque a él y busque sus labios con ternura. No podía dejar de besarlo, quería quedarme aquí con él. No quería salir. Sus besos eran de los más ricos que había probado en mi corta vida y disfrutaba de sentir su rose sobre mí. Al separarnos, lo observe con una sonrisa y el me imito.

- Buenos días – comente divertida

- Trata de no asustarme la próxima vez – bromeo – y serán unos muy buenos días

- Que dramático eres – lo moleste

Me separe de él y camine nuevamente hacia la cocina. Me senté en donde estaba y volví a tomar el álbum de fotos. Llevé mis ojos hacia él y sonreí, se acomodó a mi lado y sonrió viendo las fotografías.

¿Que sabrá Neruda? - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now