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Cruzamos la calle con mi madre, toque el timbre de aquel convento y esperamos unos minutos hasta ser atendidos. Sonreí cuando vi a la hermana Lizet del otro lado, una cara conocida. Ella frunció el ceño confundida, pero manteniendo su sonrisa, era extraño seguramente volverme a ver. Dos veces en un mismo día, en el mismo lugar.

- Hermana – con mi madre ingresamos

- Juan pablo, que agradable visita – sonrió

- Ella es mi madre, Clemencia

- Un gusto señora – la hermana Lizet le devolvió el gesto estrechando su mano

- El gusto es mío – susurro mi madre de forma amable respondiendo aquel saludo

- Hermana – llame su atención con rapidez - ¿se encuentra Bruno?

Ella se quedó pensativa por unos minutos y asintió. Nos hizo señas para que la siguiéramos, observe a mi madre con una mueca de sonrisa y ambos caminamos detrás de la hermanita. Quería que mama lo conociera, quizás podía ayudarlo y también ayudar a mis padres a cumplir con aquella locura de tener otro hijo.

La hermana ingreso a un salón y escuche que pedía hablar con el pequeño. Mi madre me observo confundida y luego viro su rostro hacia abajo.

- Villa – Bruno emocionado me abrazo – volviste

- Hola Bruno – reí levemente devolviendo su tierno abrazo

- ¿Qué haces aquí? – se separó de mi con el ceño fruncido

- Pues – llevé mi mano hacia mi madre y la atraje hacia mi – quería presentarte a alguien – mi madre me observo con curiosidad – ella es mi mama, su nombre es Clemencia

- Hola señora, mama de Villa – bruno la saludo con una sonrisa

Mi madre lanzo una risa tierna y se inclinó hacia él.

- Solo dime clemencia y es un placer conocerte Bruno

- Resulta que Bruno, está buscando una familia – hable hacia mi madre, ella volteo a verme confundida – y ustedes están buscando a un hijo, yo estoy buscando un hermano y

Mama pareció no entender a lo que quería llegar, pero quería que Bruno viviera con nosotros y así evitar que lo separaran de Lía.

- Espera – mama balbuceo - ¿Qué es lo que quieres decir?

- Quiero que adoptemos a Bruno – sonreí para ella y luego observe al pequeño, este abrió sus ojos con sorpresa

La hermana Lizet también se encontraba en un estado de sorpresa y yo solo sonreí para ella.

- ¿Qué?

Voltee rápidamente Lía nos observaba con el ceño fruncido. Trague saliva con nerviosismo, era la segunda vez en el día que me cruzaba con aquellos ojos y no había remedio alguno que me haga actuar como un ser coherente frente a ella sin quedar como un estúpido.

- Espera ¿Qué acabas de decir? – se acercó a nosotros de forma lenta

- Lía – Bruno emocionado se acercó a ella – villa quiere adoptarme

Ella viro sus ojos hacia mí, confundida.

- ¿quieres quitarme a mi hermano? ¿Tu también?

Relaje mi rostro entiendo un poco más la situación, además de que las familias los querían lejos, ella sentía que se lo quitaría y no tenía en mente eso.

¿Que sabrá Neruda? - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now