.8.

1.3K 108 79
                                    

- ¿Me está escuchando, usted?

Isaza me habla por enésima vez y simplemente no tenía cabeza para pensar en lo que proponía para la nueva canción. Asentí y me levanté del sillón en donde me encontraba. Estaba agotado, demasiado que solo quería comer y dormir.

- ¿A dónde iras? – Martin me observaba curioso - ¿Ira a ver a Casandra? – movió sus cejas divertido

- Ese es mi es papo – hablo con orgullo Simón

- No – negué rápidamente con el ceño fruncido

- ¿En qué momento se pondrán de novios? – esta vez Isaza se prendía en aquella absurda idea

- Jamás – aclare

- ¿Por qué no? – hablo con sorpresa el más chico de los Vargas

- Porque no es mi tipo – moví mis hombros

- Vamos Papo – Isaza hablaba con obviedad – no va a negar que es hermosa

Camine hacia la puerta negando. Estaba harto de escucharlos hablar de un posible romance enserio con Casandra, ellos la querían, pero yo me encontraba interesado en entender porque me había quedado atrapado en los ojos celestes de Lía.

Tomé mi auto y comencé a manejar hacia mi casa. En mi mente solo se reproducía la cercanía del día anterior. ¿Por qué debía haberse acabado tan rápido? Cerré mis ojos y desee pensar a que sabrían sus besos o quizás que se sentiría estarse amarrado entre sus brazos. Lía era un completo misterio que intentaba descifrar.

Fruncí el ceño cuando vi una librería con pequeños cuadernos fuera. Detuve mi auto a un costado y rápidamente bajé a ver de qué se trataban.

Había un montón de autores, un sinfín de historias entre sus hojas y a mí solo se me ocurrió una cosa.

Narrado por Amalia García

Tome asiento en el pasillo de aquella gran universidad. Clemencia me sonreía con ternura, le devolví el gesto y acomodé mi vestido floreado que se comenzaba a arrugar.

- ¿Señorita García?

Eleve mi vista hacia un señor canoso y amable que se encontraba en el marco de la puerta del rectorado. Me levante de mi asiento y con mis papeles ingrese a aquel cuarto. Tome asiento y el hombre se sentó frente a mí.

- Veo que se quiere inscribir a la licenciatura en Letras – comento con emoción

- Sí, señor – susurre

el comenzó a ver mis papeles y abrió con sorpresa sus ojos.

- ¿Usted es la hija del Luis García, dueño de una de las empresas más importantes del país?

- Era – comente corrigiéndolo

- Lo lamento, por eso – se apeno

- No se preocupe – sonreí con una mueca – y sí, soy su hija

- Su padre fue un buen alumno hasta que tuvo que dedicarse a la empresa de su familia

- Y eso lo llevo a la muerte – comente sin pensarlo

- Si de algo sirve, usted es más que bienvenida a esta universidad – sonrió – y saber que quiere seguir sus pasos, para él, seguramente es un orgullo

Suspiré y sonreí con gran melancolía. Si mi padre estuviera aquí, tanto el cómo mi madre, estarían festejando de verme aquí.

- Las clases comenzaron, sabe que puede ingresar cuando quiera

¿Que sabrá Neruda? - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now