Arte & Amor - Tom Holland & Tu (T2)

Capítulo 38

(Harrison)

-¿QUE HICISTE QUÉ? -Tira de mi ropa para estrellarme contra la puerta del coche, lo sé, se que está furioso y en realidad yo también lo estaría. 

-Tom, escucha, podemos detener esto -Me mira con el odio más intenso que jamás había sentido, si, había perdido a mi mejor amigo hace mucho, pero esta vez era muy diferente. Suelta el agarre y retrocede un paso, sin embargo, su sola mirada podría matarme si quisiera. 

-Me vas a decir todo de una puta vez... -Sus ojos se ponen llorosos - ...casi pierdo al amor de mi vida por tu puta culpa. 

-Entremos al auto, te prometo que te voy a ayudar para detenerla -Asiente un poco inconforme pero finalmente atravesamos las filas de autos estacionados hasta llegar en donde he aparcado. 

Entramos y lo primero que hago es decirle toda la maldita verdad, si bien al principio me parecía algo no tan malo, al ver las verdaderas intenciones de Elena hacia ________ cuando pasó el accidente, decidí que lo mejor era retirarme de eso aunque ya estuviera muy involucrado. Tom no podría creer cada una de mis palabras, me miraba atónito y tan enojado, pero por mi parte me sentía aliviado de poder decirlo, tantas noches sin poder dormir atormentándome por la culpa. 

-¿Por qué Harrison? ¿por qué accediste a eso? -Pregunta, claramente se escucha decepcionado. 

-Tenía rencor hacia ti, hacia todo -Mira hacia el frente y suelta un suspiro. 

-¿Sabes en donde está ella? -Me pregunta. 

-Si... -Se gira a verme. 

-Llévame con ella, esto se acabó -Asiento, si, esto tiene que terminar. Enciendo el auto rápidamente, nos colocamos los cinturones de seguridad y sin dudar mucho ya me encuentro saliendo del estacionamiento del hospital. 

El silencio es realmente incómodo, prendo la radio y me concentro en conducir lo más rápido que puedo hacia donde Elena vive actualmente. Tardamos aproximadamente veinte minutos. La calle Truslove estaba bastante tranquila diría yo, estaciono frente al condominio numero 16. 

Apago el auto y ambos bajamos, ni siquiera puedo describir el rostro de Tom, es decir, es una mezcla de todo, tristeza, decepción, enojo, ira, todo. Ambos atravesamos el jardín del frente y él se encarga de tocar la puerta, me siento tan incómodo, me siento una mierda. 

Nadie abre, toca una vez más, decido tratar de observar algo por la ventana de al lado, no se ve nada, comienzo a temer lo peor. Mi celular vibra, lo saco. Abro los ojos.

Elena:
"Terminaré lo que iniciamos"
"Cobarde"

-Tom -El me mira desconcertado -Creo que Elena ha ido al hospital. 

-¿Qué? ¿De que hablas? -Le muestro la pantalla de mi celular. 

-Maldita sea Harrison -El sale corriendo, lo imito, tenemos que llegar o ella terminaría haciendo lo que en realidad quería, de alguna manera matarla. 

(______)

No saber nada de Tom me provocaba una angustia terrible, desde temprano salió y no he sabido nada de él. Harry se marchó hace algunos minutos y ahora me encuentro sola. Observo las pequeñas heridas en mi brazo, están casi por sanar por completo. Mi cabeza es una bomba de pensamientos, pienso en todo al mismo tiempo pero a la vez no me concentro en ello. Esto es extraño.

La enfermera ha venido de vez en cuando a revisar el par de monitores a los que estoy conectada y verificar mis medicamentos por intravenosa, además me ha traído una bandeja con comida. A pesar de que se ve apetitoso, en realidad no tengo hambre, pero me obligo a mi misma a comer un poco, no por mi sino por mi bebé. El es una de las cosas que más me interesa ahora, él o ella junto con Tom son lo que más necesito.

No tengo manera de comunicarme con el exterior, es decir, mi celular probablemente murió en el accidente hace semanas. Suspiro, cierro los ojos unos segundos, pero los golpes en la puerta me hacen estremecerme, esta se abre y mi vista no es capaz de creer lo que ve.

-Hola -Dice. Además de sentir como mi pulso se acelera, el sonido de los latidos de mi corazón en el monitor a mi izquierda se intensifican.

-¿Qué haces aquí? -Pregunto, mis ojos se llenan de lágrimas por que yo se que ha sido ella.

-Estaba preocupada, quería ver como estabas... -Su tono tan falso me dan nauseas.

-No seas hipócrita -Levanta las cejas y se señala a ella misma. Da unos cuantos pasos más hacia el frente de la cama, lleva el cabello recogido, una sudadera grande y guantes en sus manos.

-Créeme _______, quería saber que tan mal estabas, pero creo que estás bastante bien.

-Se que haz sido tú -Sonríe.

-Ya veo, aquel perrito de ojos tristes vino a contarte... -La miro extrañada.

-¿De que hablas? -Pregunto. Rodea la cama y se acerca por mi lado derecho para sentarse a un lado de mis piernas.

-Oh... pensé que Harrison había venido a verte, con eso de que es un cobarde -Abro los ojos.

-¿Harrison?

-¡Ay ______! Realmente eres tan ilusa-Toma mi mano. Me siento totalmente petrificada. -En serio... ¿Cómo es que sigues viva?

-¿Puedes decirme de una maldita vez las cosas como son? -Me suelto de su agarre, se acomoda mejor en el lugar.

-Primero que nada, déjame decir que eres una chica con mucha suerte... realmente no sé por qué sigues viva -No digo nada. - Es decir, supuse que terminarías siendo un vegetal, pero lo único que pasó fue que perdiste un estúpido bebé.

-¿Qué rayos te sucede loca de mierda? Cómo te atreves a decir eso, estás enferma -Tan pronto como me doy cuenta se abalanza sobre mi, su mano cubre mi boca impidiéndome hablar, de mis ojos salen lágrimas de miedo.

-Ahora que lo pienso, quizás si esté loca... -Mi respiración es irregular y el monitor suena demasiado rápido por mi pulso acelerado. -... realmente disfruto esto, disfruto tanto verte llorar, pero creo que es tiempo de cumplir el objetivo principal.

En mi mente solo hay una cosa. Miedo. Ella me suelta, lloro, yo no se de que sea capaz, me siento tan congelada que solamente respiro por inercia, ella vuelve a sentarse junto a mi pero con esa clásica sonrisa por que sí, lo está disfrutando.

-Estuve buscando varios días algo que me ayudara a deshacerme de ti... -Observo sus movimientos, temo lo peor -... pero, quería algo rápido, si, admito que me gustaría verte sufrir más pero creo que es suficiente.

Jamás en mi vida pensé que estaría frente a un arma, es decir, sentí como mi respiración se detuvo y todo parecía una película, una historia de horrible de suspenso, todo lo veía en cámara lenta. Tenía miedo de que algo le pasara a Tom pero en realidad, era a mi a la que algo le sucedería. Quería gritar pero de mi garganta no salía nada, mis ojos tiraban lágrimas y mi corazón estaba completamente acelerado. Cerré los ojos. 

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