Segunda Temporada.
La vida de _______ había cambiado después de mudarse, todo parecía ir bien, aunque Australia no era su lugar favorito en el mundo, sentía que su vida había mejorado profesionalmente. Lamentablemente huir de su pasado jamás iba a s...
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Peinaba mi rojizo cabello frente al espejo, me veía directamente a los ojos hundida en mis pensamientos nada claros. Se supone que me estaba preparando ya que en cualquier minutos llegaría Christine, estilista y maquillista de Tom, la misma que me arregló hace un par de meses.
Mi animo estaba por lo suelos, eso era muy evidente. Tom lo sabía, pero ya no me preguntaba más por eso, de todas maneras, me mostraba lo más sonriente que podía con el. La puerta se escucha y un par de voces se acercan a la habitación, dejo de observarme para ver a las personas que entran por la puerta.
Observo a Tom que se ve terriblemente apuesto, sonrío con sinceridad esta vez, se ve tan guapo y fresco, pareciera que no tiene ni un solo problema, y en teoría así es. Christine aparece a su lado sonriente, bromean sobre algo para después mirarme a mi, me levanto a saludarla, pues puedo decir que la conozco un poco más gracias a Tom.
Rápidamente ella comienza a transformarme, oculta las grandes ojeras debajo de mis ojos con maquillajes, sostenemos además una agradable plática Christine y yo, incluso con mi mente divagando por la preocupación. Para cuando todo termina, me miro y me veo diferente, pero por dentro me sigo sintiendo igual. Christine se marcha y yo le agradezco su increíble trabajo, el maquillaje es precioso y el peinado no se diga. Un precioso smokey eye que destacan mis ojos claros, mi cabello voluminoso ondulado con el rojizo del color que destella.
-Te ves... radiante mi amor -Sonrío, mis mejillas se encienden. Su mano toma la mía y la eleva dejando un beso en ella.
-Tu eres el que se ve radiante Tom -Se encoje de hombros.
-Quizás es la emoción -Responde.
Solamente tenemos una hora para estar completamente listos, el resto de la familia Holland ya está instalada desde ayer por la noche y los veremos en el lobby. Me concentro en comenzar a ponerme el vestido, precioso y brillante color azul, un color muy distintivo de Spider-Man por supuesto.
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Me miro en el espejo de la habitación, suspiro ante mi reflejo, me gusta como me veo pero no me gusta como me siento. Mucho tiempo pensé en este día y en lo genial que debía de pasármela con el amor de mi vida, acompañándolo en uno de sus grandes trabajo como la novia más orgullosa del mundo, y de hecho lo soy, pero soy un manojo de nervios.
