Quedate Conmigo《Newt》 2° TEMPORADA

Capítulo 21: El comienzo del final.

- Responde mi pregunta.

La voz del guardia sonaba tan lejana. No podía prestar atención en otra cosa que no fueran los Cranks. Cada vez eran más de ellos y estaban ahí, mirándonos. Algunos tenían heridas o rarezas en su cuerpo, se movían y comportaban de manera extraña, hablaban y se reían con ellos mismos. Entonces, una bola de luz azulada se disparó. Todo pareció suceder en cámara lenta a partir de ese momento. Brenda, que tenía su Lanzador en mano, acababa de dispararle al guardia A-11B16. Minho me empujó a un lado para dispararle al grupo de guardias que venían corriendo hacia nosotros. Los Cranks se habían vuelto locos, algunos se abalanzaron sobre los guardias para arrancarle partes de su cuerpo y comérselas. Otros sólo huían del lugar corriendo despavoridos o incluso hubo un pequeño grupo de Cranks que comenzaron a atacarse entre ellos. Creí ver a una mujer trepando las paredes gritando palabras sin sentido. Sangre salpicada por todos lados, gritos, descontrol y destellos de luz azul se combinaban en un mismo escenario. Minho me tomó por el chaleco y me tiró contra una pared derribada que nos serviría de resguardo de los disparos del enemigo. Fue en ese entonces cuando volví a la realidad.

- ¿Qué pasa?- pregunté sintiéndome totalmente desorientado.

- ¿¡Cómo que qué pasa?!- gritó Minho mientras se levantaba para disparar y volver a ocultarse- ¡Pasa que soy terrible diciendo mentiras!

Un Crank más allá del Final venía corriendo hacia nosotros. Estaba a menos de dos metros cuando Brenda le disparó y éste cayó totalmente inmóvil en el suelo. Venas azuladas sobresaliendo por todo su cuerpo, las pupilas completamente dilatadas y costras de sangre seca en lugar de cabello demostraban que no le quedaba mucho más por vivir.

- ¡Hay que correr!- gritó Brenda mientras disparaba a todos lados- ¡Los Cranks están sobre los guardias! ¡Si no nos movemos ahora, seremos los próximos!

- ¡Tú busca un escondite!- le contestó Minho alzando la voz por sobre todo el ruido desastroso del entorno- ¡Thomas y yo te cubrimos! ¿De acuerdo, Thomas?

Minho me miró. Yo sólo seguía congelado, pero eso debía acabar. Finalmente asentí y activé mi arma. Estábamos listos para movernos.

Nos lanzamos a la calle, corriendo tan rápido como nuestro cuerpo nos lo permitía. Minho y yo disparábamos a cualquiera que se acercara más allá de lo debido. Antes de doblar hacia la siguiente calle vi el grupo de guardias en el suelo- o lo que quedaba de ellos-, bajo un enorme charco de sangre. Un escalofrío helado me recorrió el cuerpo. Nunca dejaba de sorprenderme que tan letal podía llegar a ser el virus y en lo que podía convertirte. Fue entonces cuando el rostro de Winston se cruzó como un pensamiento fugaz en mi cabeza. El podría haber terminado de esa manera. Cualquiera de mis amigos podría acabar de esa manera. Rogué en mi interior que no.

Al llegar a la siguiente calle vinieron tras nosotros, aullando y corriendo como perros, arrojando alaridos ensordecedores. Varios de ellos salían de sus escondites y se unían a los demás, persiguiéndonos. No importaba si lucíamos o no como guardias con poderosas armas que podrían liquidarlos en un segundo, a sus ojos sólo éramos un trozo de carne para su deleite.

Los pies de Brenda se detuvieron en seco, su mirada apuntaba a una gran entrada, con rasguños y manchones de sangre decorando las puertas. No pareció pensarlo más de dos veces y se lanzó en su interior antes de que Minho le gritase que no lo hiciera. Ambos volteamos para disparar antes de ir detrás de Brenda pero muchos de los Cranks retrocedían aterrorizados al ver donde nos dirigíamos. Se alejaban corriendo despavoridos, chocándose entre ellos. Eso no fue un buen presagio y Minho lo sabía. Se apresuró a entrar y yo le seguí unos segundos más tarde, cuando vi que así como habían Cranks que se alejaban, otros aún planeaban ir detrás de nosotros.