Capítulo 18: Éxtasis.

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* Narra Minho *

Ya era demasiado tarde. Cuando alcancé el brazo de Brenda, todos habíamos llegado a una especie de vestíbulo, también iluminado por la misma luz rojiza que nos había acompañado desde las escaleras. La sala carecía de algún tipo de adorno u objeto. Solo lámparas y luces rojas, sangre en algunos rincones y, por último, una puerta. Una puerta custodiada por dos hombres. Mejor dicho, dos Cranks.

Uno de ellos nos daba la espalda, mirando la puerta de acero oxidado a centímetros de su cara.

Jorge se acercó hasta una distancia prudente de ellos pero sin temor. 

- Ross...- desvió la mirada hacia el otro Crank- Roy...

La naturalidad con la que les habló me hizo creer que ya eran conocidos.

- Zeheb le dio su pago hace unos minutos- miró a su amigo, quién no parecía habernos escuchado o de cualquier forma, veía más interesante observar la puerta que a un par de forajidos.

Al que Jorge había llamado Ross, no parecía estar ido completamente, aunque eso no le quitaba su aspecto amenazador por su enorme tamaño. Tenía piercings en las orejas y en la cara y estaba lleno de tatuajes. Una vena azulada le trepaba desde la sien y parte del ojo derecho, el cuál estaba infectado por la Llamarada.

Volvió la vista hacia nosotros para examinarnos. Recordé las palabras de Jorge sobre no hacer contacto visual, y bajé la vista. Aunque resultaba más difícil de lo que creía.

- ¿Quiénes son tus amigos?- interrogó- Nunca los he visto por aquí.

- Vienen de la ciudad vecina. Buscaban...ya sabes, diversión. Y vinieron conmigo.

Diversión. No era la palabra que yo habría usado, pero de todos modos dejé que Jorge hiciera lo suyo.

Ross se adelantó y comenzó a caminar en círculos a mi alrededor, observándome bastante dudoso.

- Éste no luce como un Crank.

Tragué saliva nervioso. El corazón me comenzó a latir con más fuerza y rapidez que antes. Para mi suerte, Jorge salió a mi rescate casi de inmediato.

- Lo sé, qué afortunado, ¿no? No se preocupen, si quieren verlo por ustedes mismos pueden bajarle los pantalones. ¿Seguro que quieren ver esas partes... hechas llamaradas?

Sartén no pudo contener una carcajada y el resto lo imitó casi de inmediato. Todos. A excepción de Ariana, quién solo estaba de pie con cara de pocos amigos.

Rabia o vergüenza, cualquiera de esas dos palabras estaba bien para definir lo que sentía en aquel momento. No era gracioso. Todos, menos los Cranks, sabían que realmente no había ninguna maldita Llamarada miertera en mis partes íntimas. Quise abalanzarme sobre Jorge y golpearlo pero me contuve cuando uno de los guardias dijo:

- De acuerdo.

Su mano giró el picaporte de la puerta de acero. Un aroma hipnotizador escapó como un viento huracanado y entró por mi nariz. Jorge se adelantó y estuvo a punto de cruzar hacia el otro lado cuando el brazo de Ross se lo impidió.

- Dijiste que venían en busca de diversión- de su bolsillo, extrajo un extraño brebaje de un pigmento azulado. Se veía repugnante.

- Buscaremos la diversión allí dentro.

Intentó nuevamente pasar pero ésta vez su "amigo" lo arrojó de un empujón. Miré a Thomas y decidimos que era hora de intervenir por nuestra cuenta, pero Ariana se nos adelantó y enfrentó a los Cranks.

Quedate Conmigo《Newt》 2° TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora