Capítulo 4: Algo oculto.

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* Narra Brenda *

Mi cuerpo se dejó caer sobre la cama. Por alguna razón, el colchón no me resultó tan a gusto como la noche anterior. De hecho, no era sólo mi cama lo que me parecía fuera de lugar, sino mi habitación, el edificio en sí.
O quizá se trataba de mí.
Yo misma era la que estaba fuera lugar, como si de pronto ya no fuera mi "hogar, dulce hogar".

Cerré los ojos, recordando lo ocurrido después del almuerzo.

Mis pies avanzaban por los pasillos de la enfermería. De hecho no me gustaba estar allí, asustaba un poco, pero aquel sector era mi última opción. Hallar a Jordan se había vuelto una tarea exhaustiva luego de haber recorrido todos los rincones accesibles de la edificación sin poder lograr dar con él.
Apartando la vista de todas las puertas que veía entreabiertas y enfocándome en el extenso pasillo, me vi obligada a detener mis pasos. Se trataba de la misma extraña muchacha que observaba en el almuerzo. Ella también se paró en seco al verme y me examinó de pies a cabeza con sus ojos azules. Haciendo a un lado la distancia que había entre ambas, contemplé sus remarcadas ojeras, la forma particular en la que llevaba su cabello revuelto y aún conservaba ese aspecto espectral y pálido. Me observó detenidamente por unos instantes más y luego, con las manos en sus bolsillos, siguió su camino.

Tenía dudas acerca de aquella chica, y aunque tuve intenciones de ir hasta ella y hablarle. ¿Por qué no lo hice?.
Quizá porque Jalandra apareció de la nada y me tomó del brazo suavemente, provocando que me sobresaltara por tal susto. Le expliqué que estaba allí con la idea de preguntarle por Jordan. Ella, al escuchar aquello, sólo se mostró atareada, apresurada y molesta, como si yo fuera una niña pequeña molestando a su madre en el trabajo. Finalmente me obligó a volver de nuevo a mi habitación sin darme respuesta alguna.
Todo era realmente extraño, siendo que Reedus y ella pasaban gran parte del tiempo juntos.

Mi pulmones dieron una gran exhalación, saliendo de mi pensamientos y centrándome en poder conciliar el sueño. Pero era imposible.

Una vez más, regresó esa sensación de miedo y preocupación. No podía seguir confiando en las promesas de aquellos rescatistas de que "todo estaría bien". No si Janson estaba al acecho.

Mi cuerpo dió varias vueltas en mi litera, tratando de encontrar una posición cómoda para relajarme y cerrar los ojos de una buena vez.

Pero no sucedió nada.

Solté un bufido de frustración mientras observaba como todos dormían plácidamente.
Aunque no fue muy convincente para nosotras, las chicas, tuvimos que compartir la habitación con Minho, Thomas, Sartén, Winston y Aris debido a que no habían más habitaciones disponibles.

En la cama frente a la mía, Anne dormía tranquilamente. Fruncí el ceño al recordar su carácter, no parecía muy agradable.
Mis ojos vagaron hasta la cama de Thomas, quién parecía tener pesadillas por los sonoros ronquidos de Minho y Sartén.

Extendiendo mi brazo, empujé el colchón de Ariana, que dormía en la litera de arriba.

- Ari- le llamé en el tono más audible que pude susurrar- Ariana, despierta.

Como respuesta, ella se removió sobre su cama con un quejido adormilado y siguió con su profundo sueño del que no quería despertar.

Más frustada aún, me crucé de brazos sobre mí pecho.

- Genial- susurré para mí misma.

Un ruido apenas perceptible se escuchó entre las cuatro paredes. Mi cuerpo se tensó, en señal de estar alerta. Miré a través de la oscuridad, pero todo aparentaba estar en orden.
El mismo ruido resonó, y ésta vez, pude deducir que estaban forcejeando algo.

Quedate Conmigo《Newt》 2° TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora