𝟑𝟓 | 𝐒𝐎𝐁𝐑𝐄 𝐋𝐀 𝐀𝐌𝐈𝐒𝐓𝐀𝐃 𝐘 𝐋𝐎𝐒 𝐂𝐀𝐌𝐁𝐈𝐎𝐒

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sobre la amistad y los cambios


— ¿Qué haremos ahora?

— ¿Te apetece ir a la feria? ¿o planeas ver a Bridget Jones llorar otra vez?

— Quiero ir. Pero con mi manta.

— No. Qué vergüenza.

Petra se ríe mientras me da un golpe suave en el brazo, luego relaja la expresión.

—... Pensé que estarías enojada conmigo.

Me puse a pensar sobre lo cotidiano que pueden llegar a ser estos sucesos. Y que también lo cotidiano, aunque no lo parezca, puede haber llegado en el mejor momento. Con ello no estoy diciendo que esto ha sido lo mejor del día, sino que ya me lo esperaba y aún así me puse a llorar como si fuese un evento sorpresa. Supongo entonces que es de esta manera cómo varias personas han vivido en muchas partes del mundo. Mis pies están fríos a pesar de que Petra los ha cubierto con su manta. Puedo sentir su culpabilidad, pero a pesar de estar meditando durante hora y media no comprendo qué es lo que le hace sentir culpable, pero estoy dispuesta a entenderlo una vez que sea consciente de ello. Pienso en que si le hubiese contado lo de Levi antes, las cosas no habrían cambiado mucho, pero por lo menos estaríamos en un mejor panorama. Pues, mi amiga de cabellos naranjas me da cabida a que le cuente cualquier cosa que me sucede, por más anodina que sea, desde que ambas tuvimos cerca de nueve años y lo único de lo que hablábamos era sobre lo aburrido que es permanecer en las fiestas de los adultos y lo tonto que era tener que utilizar el uniforme completo de la escuela.

Cuando Petra me dice "¿Qué haremos ahora?" mi vista está en la película y mi mente vaga en el recuerdo de nosotras llorando a lágrima viva, para luego calmarnos, mirarnos y volver a lloriquear más, cuando se murió el perrito de la vecina de Petra, con quien jugábamos desde los once años. Ese pequeñín merecía más de nuestras lágrimas y frases desconsoladas. Yo también me pregunto lo mismo en mi mente "¿Qué haremos?" Solo sé que Petra es mi mejor amiga y esas cosas no cambian de un día para el otro, menos de una hora a otra. Sin embargo, ahora puedo decir que estamos experimentando algo que se llama soledad en compañía y se me estruja el corazón por sentirme así, teniendo a Petra al lado.

Y sé que ella se siente igual.

— ¿Por qué me enojaría? Petra, no digas cosas absurdas. La vida no es una película de...

— Yo pensaba que sí y por eso actuabas como lo hacías, en esos días.

Petra casi nunca calla nada, es opuesta a mí en ese sentido. Yo suspiro.

— Hmm, cosas de la vida. No podría enojarme contigo.

— Cosas de la vida... eh —. Ella deja suelta la frase vacía, su vista está fija en la pantalla en la dichosa escena de película, donde la chica rubia de mejillas coloradas mira por la ventana un escenario lluvioso, mientras una canción empalagosa de amor sonaba—. A pesar de que dices que no estás enojada conmigo y lo sé, me sigo sintiendo igual. Es incómodo. Siento que me tratarás diferente una vez que despierte por la mañana y ya nada va a ser igual... Luego, Gunther tendría que enfrentar cómo nosotras, sus madres adoptivas, nos separamos.

Rio ante su último comentario.

— Tengo que decir que no me gustan esos matrimonios que están juntos solo por los hijos.

— ¿En qué momento terminamos hablando de matrimonios e hijos?

— Es que Gunther terminó en mi cabeza y solo pensé en el daño que le provocaríamos...

𝐘𝐎𝐔'𝐑𝐄 𝐒𝐎 𝐂𝐎𝐎𝐋  | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora