Capitulo treinta y ocho

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Narrador universal

Queridos hijos:

Mariano, Inés, Javier... hoy, tomé una decisión, que espero que cuando crezcan puedan comprenderla. Ustedes ya conocen al tío Damián, al hermano que me regaló la vida, a ese amigo que se volvió familia, también conocen a Marina, su esposa. Son padrinos de Mariano, son como sus tíos, ellos me ayudaron mucho, a mí y a su madre, por eso, hoy decidí tomar una de las decisiones más importantes de mi vida.

Ellos sueñan con tener un bebe, hace más de ocho años que lo intentan. Fueron a médicos, pero ningún tratamiento sirvió, intentaron adoptar, pero por la enfermedad de Damián jamás pudieron, fue por eso, que llegaron a la conclusión de que la única manera de cumplir su sueño de formar una familia, sería a través de un donante. 

Fue entonces cuando comenzó un nuevo problema, no había donante para ellos. 

Mi hermano de la vida, mi mejor amigo, esta sufriendo, también su esposa. No contaban con el dinero suficiente para pagar un donante, su sueño se caía en pedazos. Fue por eso, que primero hablé con Ana, su madre, y ella estuvo de acuerdo con mi idea, ambos pensábamos lo mismo. 

Yo me ofrecí como donante, para que ellos pudieran ser padres. 

Hoy, se realizo el procedimiento, y en nueve meses, ellos cumplirán su sueño. Y ustedes tres, tendrán un medio hermano, que a la vez, será como un primo. 

Ese bebe, fue tan soñado como cada uno de ustedes, y aunque ante la ley tenga otro apellido, también será un Maza, deseo que lo traten como a uno más de ustedes, deseamos que esto los haga tan felices como a nosotros, en nueve meses tendrán un medio hermano o hermana, y espero que puedan tener muchos hermanitos más. 

Aún son pequeños para comprenderlo, es por eso que escribí la carta. Javier tiene solo meses de vida, Inés tiene un año y medio, mientras que Mariano tiene solo tres añitos. Espero que puedan entendernos.

Mamá y yo siempre soñamos con tener una familia enorme, y se que algún día lo vamos a lograr. 

Los ama, papá Juan.

—Tenemos un hermano— dijo Inés —No entiendo, yo soy la más grande, tendría que recordar algo—

—Tenías solo un año, Inés— recordó Cristian

—Viví con nuestros padres hasta los catorce años, tendría que haberme enterado de algo, necesito saber que fue lo que paso con ese medio hermano—

—Acá hay otra carta— señaló el más pequeño de los Maza, confundido —También es de papá—

Cuatro de noviembre de 1983.

A mis hijos amados:

Hace dos meses, sucedió una tragedia. Nació el bebe de los Bustillo, su medio hermano. Mejor dicho, su media hermana. Sus padres la conocieron, pudieron cargarla en sus brazos, era una bebe sanita, hermosa. Yo también pude verla, lo que más destacaba de ella eran unos inmensos ojos color chocolate, en uno de sus ojos, tiene destellos de color miel, casi imperceptibles. Todos nos enamoramos de esa princesita a primera vista. 

Marina y Damián estaban pensando en el nombre, cuando se la llevaron a revisión, y nunca más la trajeron.

Un día después de su nacimiento, nos dijeron que la bebe había fallecido, pero jamás nos dieron su cuerpo, ni nos dejaron volver a verla, ella esta desaparecida, y todos estamos seguros de que la robaron. 

Prohibido enamorarse de élWhere stories live. Discover now