FIN

716 27 12
                                    

Camila

Estábamos sentados en el suelo, jugando a un juego de cartas. Luisana y Felipe contra Benjamín y yo.

Él rubio me tenía abrazada de la cintura, yo apoyaba mi cabeza en su hombro. Desde que le dije que sí, Benjamín no me suelta ni un segundo, y a mí eso me encanta. 

—Camila— me llamó el mexicano —Acepto—

Lo miré confundida, esperando alguna explicación, pero él no dijo más nada. 

—¿Qué aceptas?— pregunté

—Acepto tu invitación a México— afirmó —Iré contigo, a donde vayas—

Sonreí de oreja a oreja, hace mucho no oía eso, fue su promesa, desde el día que nos conocimos. Felipe siempre estuvo a mi lado, hasta en los peores momentos, y es por eso que es mi mejor amigo.

—¿Así de fácil? ¿no me vas a hacer rogarte?— elevé una ceja, divertida — ¿no vas a cambiar de opinión antes de que despegue el avión? ¿No vas a correr en el aeropuerto hasta encontrarme? yo me esperaba una escena dramática o algo así—

—Admito que eso sería divertido, pero mejor lo dejamos para otra ocasión— rió — Viajar a mi ciudad es una buena oportunidad y no la pienso desaprovechar—

—Cami espero que me lo devuelvas rápido, y enterito— sonrió Luisana —Lo voy a extrañar mucho mucho—

—Desde que nos conocimos jamás nos separamos— dijo él

Comprendí, que aunque Luisana no quería que Felipe viaje, lo más probable es que sea ella quien lo convenció para subirse a ese avión. Lo quería tanto como para dejarlo ir, sabiendo que sería lo mejor para él.

—Voy a hacer todo lo posible para devolverlo sano— reí —Será solo un mes, lo prometo—

—Ya es tardísimo, será mejor que ahora si durmamos— dijo Felipe, bostezando

Luisana casi que lo obligo a recostarse en la cama de ella, no permitiría pasar ni un segundo separada de él, más sabiendo que en tres días se iría de viaje, y durante todo un mes no lo vería. 

Se abrazaron, y mientras que Benjamín y yo guardábamos las cartas, ellos se durmieron. Los ronquidos eran insoportables.

—Yo tendría que dormir, pero con estos dos roncando va a ser imposible— reí

—Y yo podría ayudarte a dormir si me lo permitís— sonrió —Déjame dormir con vos, como cuando éramos chiquitos—

—No lo sé— dije nerviosa— me gusta estar sola—

—Pero es una de tus últimas noche aquí, hay que aprovecharla— insistió

—No lo sé.. no puedo, perdón—

—¿Pasa algo?— preguntó él alzando una ceja, yo negué con mi cabeza —Cami, vos sabes que yo no voy a hacer nada que no quieras ¿no? solo quiero dormir abrazado a vos una última vez ¿esta mal?—

—Es que... ya no somos niños, y tengo miedo de que...— no pude completar la oración, me daba algo de vergüenza.

—No quiero incomodarte— beso mi mejilla —Iré a dormir a mi cuarto, te veo por la mañana, espero que sueñes con los angelitos— sonrió

Yo tomé su mano, antes de que él se vaya.

—Quédate conmigo— pedí —Si te vas por esa puerta voy a arrepentirme, me conozco—

—Puedo dormir en el suelo si es necesario, con estar cerca tuyo me alcanza— dijo con dulzura

—Te quiero a mi lado— aseguré

Prohibido enamorarse de élWhere stories live. Discover now