Capitulo doce

101 12 3
                                    

Narrador universal.

Los chicos salieron, formaron grupos, hablaban entre ellos, como nunca antes lo hicieron.

Algunos, recordaban sus nombres, y comenzaron a buscar a sus familias, ya que habían llegado a las sombras luego de perderse.

Otros, los que no tenían familia, ni lugar a donde ir, buscaban algún lugar para pasar la noche, planeaban donde irían a vivir, imaginaban ser adoptados, soñaban con tener un hogar de verdad.

Ellos siete, Camila, Benjamín, Luisana, Felipe, Once, María y Sebastián, corrieron por el bosque, hasta que a lo lejos vieron una montaña, con un rio, en una zona desolada, donde había vegetación, y les pareció una buena idea quedarse allí.

—Podemos quedarnos acá por un tiempo, hasta que se nos ocurra algo mejor— explicó Benjamín al llegar —¿Están todos bien?—

No, ninguno lo estaba. Felipe seguía débil, el cuello de Camila se inflamaba cada vez más, los niños tenían hambre, y tanto él como Luisana estaban cansados.

—¿Qué te pasó en el cuello, Cami?— preguntó Sebastián

—La directora me encontró cuando fui a robar las llaves, pero ya es algo del pasado chicos, ahora tenemos que mirar hacia delante— contestó con su voz rasposa

—Yo tengo hambre— se quejó María —¿Podemos sacar las provisiones?—

—Será mejor que lo guardemos, María— respondió Luisana —Yo quiero recorrer la montaña, a ver si hay algunas plantas de verduras, para que comamos ¿me acompañas, Cami?—

—Si, vamos amiga—

—¿Quieren que las acompañe? puede ser peligroso— dijo Felipe

—¿Vos nos vas a acompañar? ¡no te podes ni mover!— rió Luisana

—Tranquilo, mi amor, ya no estamos en peligro, acá todo esta bien— le respondió su novia

Ambas caminaron por la montaña, buscando algo para comer.

—En realidad, yo solo quería una excusa para saber porque estás tan sonriente— dijo la rubia —¿De qué me perdí?—

—Bueno ¿te acordás que yo te conté que Felipe y yo nunca nos habíamos dado un beso de verdad? solo un piquito—

—Si, lo recuerdo— sonrió

—Hoy lo bese, de verdad— chilló

—¡¿Qué?! ¿y como fue?—

—Fue súper especial, se sintió mágico— suspiró —Cuando intentaron matarlos, yo entre al cuarto, apagué el gas y los encontré desmayados, todos se levantaron, menos él—

—¿Intoxicaron a mi novio?— preguntó asustada

—Si, pero ya esta bien— respondió —Cuando Felipe se despertó, quiso rendirse, se sentía mal así que no quiso volver con nosotros, me pidió que siga sin él—

—Que dramático que es— puso los ojos en blanco

—¡No! el se sentía mal de verdad— lo defendió —Entonces, le pedí que venga conmigo, le dije que lo necesitaba... y bueno, nos besamos— sonrió

—Ay amiga, me pone tan feliz por vos— suspiró —Tu novio es un idiota, pero me hace tan bien verlos juntos, son hermosos—la abrazo

—Tu novio es un idiota, el mío es divino—

—¡Ay, tenes una carita de enamorada!— chilló —Pero no le podes decir idiota a mi novio, porque es tu hermano—

—¿Y qué tiene que ver? puede ser un idiota igual—

Prohibido enamorarse de élWhere stories live. Discover now