Capítulo 20: Jennette Margarita Day Obelia.

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El Duque Roger se resistió, pero al cabo de un par de horas estaban de vuelta en el Palacio Esmeralda, solicitando una audiencia para él y Jennette. Tatiana lo intentó pero por más que pudo, no logró traspasar las protecciones alrededor de la sala del trono, así que se quedo en una sala adjunta, esperando junto a Ijekiel con una paciencia que hace mucho no utilizaba.

No sabía nada de lo que se estuviera hablando allí adentro.

¿Claude decidiría seguir su consejo? ¿El de una pequeña niña? ¿O preferiría ser fiel a sus resentimientos con Anastasio y Penélope?

La intriga le mataba.

Athy fue la primera en acercarse a la salita adjunta de la sala del trono, sus ojitos tímidos se asomaron por la puerta.

—¿Taña?—preguntó, con su adorable voz de niña. Tatiana estaba sentada en el sillón, esperando por el veredicto de Claude, Ijekiel también estaba sentado en el otro sillón, sus ojos dorados se clavaron enseguida en Athy—, ¿papá está en audiencia?

—Athy, ven acá. Quiero presentarte a alguien—Tatiana le ofreció su mano, para que subiera al sillón y Athanasia se encaminó al sillón con vacilación—, este es Lord Ijekiel—le señaló al guapo niño de cabellos blancos—, es el hijo del Duque Alfierce.

Kiel fue rápido, se levantó, y ofreció su mano. Con cierto recelo, Athy se la ofreció y él la beso como todo un pequeño caballero.

¡Era tan tierno!

—Un gusto, Princesa Athanasia—él sonrió y Athanasia pensó enseguida que era un niño demasiado guapo. Tatiana lo notó tarde, pero ella vestía de ángel ese día, justo como el día en el que originalmente debía de conocerse con Kiel.

Jump, algunas cosas no cambiaban.

Pero al parecer sí cambiaba lo que Athy sentiría, porque ella arrugó la carita y, sin mucho entusiasmo, inclinó su cabeza.

—Un placer, Lord Ijekiel—respondió, para una niña de su edad, aquello era una muestra tremenda de buenos modales.

Kiel sonrió, y un pequeño destello de pensamiento llegó a Tatiana.

"Ella es como un ángel"

Ah, pobre Ijekiel. No entendía cómo Athanasia tenía corazón para rechazarlo.

Esperaba que haber sido del equipo de Kiel no afectara su misión como hermana.

Es que... sólo mirándolos ¡Eran tan lindos juntos! No es que Lucas estuviera mal pero... la carita de Ijekiel la derretía.

Además, sería tan guapo de grande.

A quién engañaba. Todos los hombres en ese mundo eran guapos.

Desde Claude, pasando por Félix, el duque Alfierce, Anastasio, el hijo del Marquez Elaine, Kiel, Lucas...

Ah, y su Sir Arthur, que brillaba con luz propia.

¿Qué estaría haciendo Sir Arthur por aquellos tiempos? Hace tanto que no sabía de él.

—Hermana—Athy balbuceó, sacándola de su ensimismamiento—, ¿es cierto? ¿Hombre blanco y ella han venido a una audiencia con papá?

—Sí—Tatiana sacudió sus pensamientos—, pero yo los he traído.

—¿Tú?—pobre Athanasia, parecía tan traicionada.

Tatiana sólo apretó los labios, y tomó las manos de Athy. No pudo decir nada a su favor, porque en ese momento la puerta que conectaba con la sala del trono se abrió. El Duque Alfierce fue el primero en salir, detrás de él, Claude, y a su lado, Jennette.

¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora