| Capítulo 47 |

39 4 0
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.







Sonreí feliz de poder encontrarla aún cuando no se había dado cuenta de mi presencia.

Su aroma me recibió apenas estuve a pocos centímetros de ella y una sonrisa más amplia se abrió paso entre mis labios. Me incliné levemente sobre ella manteniendo mis manos en los bolsillos.

—Hola —susurré coquetamente en su oído haciéndola sobresaltar. Ella tenía un papel entre sus manos que se lo estaba entregando a la recepcionista.

—Hola —dijo sorprendida girándose para encararme— ¿cuándo llegaste?

—Hace algunas horas —informé sonriente mientras deslizaba mi cuerpo al lado de ella y me reclinaba sobre el mesón con mi codo.

—No te había visto —sonrió siguiendo con la vista mis movimientos.

Dejé que termine su charla con la recepcionista quien nos miraba sonriente como si fuera una escena de telenovela.

—He estado con mis hermanos y huyendo un poco de mi detestable familia —comenté sonriendo hacia mi novia.

Y la segunda parte de la historia es que como era la boda, mis tíos y primos estaban aquí para la ceremonia. No los odiaba pero eran algo despreciables.

Ya los conocerán...

—Mientras yo busco el momento para estar con mis primas para chismear un poco —mi novia llamó mi atención llevando sus manos a mi cuello para abrazarme.

Rodeé su cintura inhalando su dulce aroma que era tan característico de ella. En cuánto se separó de mí me dió una sonrisa coqueta mientras susurraba.

—Hola, extraño —su mano viajó por mi mejilla acariciando mi piel y sonreí.

—Hola, amor —susurré de vuelta depositando un casto beso en sus labios.

Valentina se separó de mí y yo recién había notado que la recepcionista había visto toda nuestra escena. Val jaló de mi mano y no me negué a caminar al lado de mi chica, aunque no tenía idea de hacia donde me llevaba.

—¿Dónde vamos? —indagué cambiando de tema al notar que nos alejábamos de cualquier salón interior del club.

—Espera y verás —dijo mi novia en un tono de misterio mientras me jalaba con mayor entusiasmo

Nuestra caminata continuó hacia las afueras, pero no fue necesario que pregunte más para saber donde estábamos. El arco nupcial ya estaba instalado, literalmente mi vista estaba clavada en la escena frente a nosotros. 

Era mejor de lo que podía haber imaginado. Ahora entendía por qué los organizadores y todo el mundo había llegado aquí hace una semana.


Organizando el AmorWhere stories live. Discover now