| Capítulo 14 |

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Estacioné el auto en el lugar de siempre cuando llegamos a casa, Val salió primero y se quedó esperando a que yo estuviera listo para entrar juntos a la casa donde nos encontramos a toda nuestra familia.

—¡Al fin llegan! —exclama mi hermano anunciándole a todos nuestra llegada, Val camina un paso delante de mí y se dedica a saludar a todos en el salón.

En un vistazo rápido veo que mi hermana no está y agradezco que sea así porque sino la tensión y el ambiente pesado se sentiría demasiado entre nosotros.

Saludo a mis padres que son los primeros que me quedan a la vista, luego me acerco a los padres de Ana y Valentina para saludarlos.

—Señor Darmond, es un placer verlo de nuevo. Me alegra que esté en la ciudad —le digo con cortesía como saludo estrechando su mano.

—Mira como has crecido muchacho, todo un caballero —dice el hombre con una sonrisa en su rostro y yo le sonrío en correspondencia a su comentario. El hombre me deja espacio para que salude a su esposa detrás de él.

—Seño... —no termino de hablar porque la mujer me interrumpe.

—Victoria.. —me corrige cuando la trato formal.

Ella siempre ha dicho que le llamemos por el nombre, que ella no lo considera una falta de respeto para nada porque sabe que nosotros lo decimos con cariño.

—Victoria —corrijo—, usted siempre tan radiante. Es un placer verla de nuevo —le digo con galantería y una sonrisa mientras ella ríe ante mi primer comentario.

—Ay este muchacho, desde chiquito ha sido un coqueto y un halagador —comenta Victoria con un tono de diversión haciendo reír a todos incluyéndome.

—Pues, solo digo la verdad —me defiendo mientras la mujer adulta me da una suave palmadita en el hombro.

Me separo de ella y voy hasta el único puesto libre que queda al lado de mi madre ya que Valentina se ha sentado en el sofá junto a sus padres. Mi hermano toma la palabra juntando ambas manos en un aplauso para luego inclinarse a ordenar los papeles sobre la mesa de centro.

—Bueno, eso es todo lo que se tiene planificado hasta ahora.

Ups.

Creo que llegamos un poco tarde, porque Mathew y Ana ya le han comentado a nuestros padres todas las ideas.

En nuestra defensa, Mathew dijo a las 8 y son exactamente las 8 : 15 pm.

—Ahora, y esperando que no les moleste el atrevimiento de mi parte —continua hablando Mathew—. Les he planificado un tour por la ciudad y luego una cena para 4 personas suponiendo que les agradaría pasar tiempo juntos, charlar de los viejos tiempos y ponerse al día.

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