| Capítulo 37 |

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Nicolás-



Días después...



Ya había perdido la cuenta de todos los días que llevo aquí. Y definitivamente hoy no estaba siendo mi mejor día ya que el dolor de cabeza me estaba matando y eso solo se debía a estar encerrado y acostado en la cama todo el día. Necesitaba salir pronto de aquí.

La herida de mi abdomen estaba cicatrizando bien, no era una molestia para nada pero aún me tenían en observación. Lo único de lo que me quejaba al respecto es que tendría una horrible cicatriz justo en el medio.

—¿Qué planes tienes para hoy? —preguntó mi hermana con una sonrisa mientras tomaba un poco de agua.

—Mi plan desde hace días es ir a casa pero como eso no es posible, entonces responderé que nada —bufé sin mirarle—. Y tú, ¿Por qué no vas por ahí y buscas algo que hacer?

—Eres imposible —se quejó Paulina saliendo de la habitación.

Me recosté en la cama cerrando los ojos e intentando dormir pero eso no fue posible porque sentí una mano en mi frente.

—¿Mi amor? —la voz de Valentina se dejó escuchar.

Busqué su mano aún con los ojos cerrados y ella me la dió cuando se dió cuenta de mi movimiento, dejó un beso sobre mis labios y luego se preocupó de mi dolor de cabeza.

—Buenas tardes. Veo que nuestro chico se siente mal hoy —entró la doctora junto con Mathew

O eso fue lo que logré ver por el rabillo de mi ojo y me pareció ver que más atrás venía Ana y mi madre.

Paulina había llamado a toda la familia, estupendo.

—Estupendo, llamaste a toda la familia —bufé irónico dirigiéndome a mi hermana

—¿Algún problema con la operación? —indagó Mathew

—Está con un fuerte dolor de cabeza desde la mañana —añadió mi hermana.

El dolor de cabeza había empezado a disminuir cuando Valentina puso la compresa fría sobre mi frente. La doctora puso medicamentos en mi intravenosa y salió con mi familia para darle a mi madre y mi hermano instrucciones.

Por fin me iría a casa.

Ahora estaba a solas con Valentina que se había quedado conmigo manteniendo la compresa fría en mi frente y amaba solo estar con ella.

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