Capítulo 20: ¿Qué pasó ayer?

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Hotel George V, París - Francia.



La mañana llega a las calles de Paris con la tenue luz del sol, más la enorme estrella no llega a traspasar las gruesas cortinas de la habitación de Andrew, lo cual es maravilloso para el modelo. Puede dormir tanto como desee y ahora que no hay trabajo, está aprovechando la deliciosa oscuridad al máximo.

Tendido sobre la cama, Andrew despierta con un gran bostezo. Le duele la cabeza pero no tanto como para quejarse. En cambio, estira el cuerpo y se rasca el estómago. Sus ojos con lagaña muestran lo perezoso que está. Se siente relajado, de un gran humor pero algo en su subconsciente le dice que hay algo raro pasando allí. Drew lo siente mas no logra saber qué es lo que está mal. Se da cuenta de cual puede ser la causa cuando mira hacia abajo y se da cuenta de que está completamente desnudo.

Dormir desnudo no era la gran cosa, pero Drew no solía hacerlo a menos que...A menos que lo hubiera hecho con alguien. Aunque eso era imposible, Andrew no recuerda haberse llevado a una chica, ¿o sí?

Pasándose la mano por la cara, Drew intenta desperezarse y tratar de recordar.

¿Qué pasó anoche? Llevé a Jeff al club, tomamos unos tragos y luego...NADA.

Por más que se esforzaba, el modelo no lograba traer un solo recuerdo a su memoria. No tenía información alguna de lo que ocurrió la noche pasada. Maldijo a su familia, entre dientes, por eso pues la falta de memoria post-borrachera era el defecto más grande que tenían los hombres Liberman, desde el tiempo de sus tatarabuelos y la prohibición*.

¡Maldita maldición familiar de no recordar nada! ¿Por qué de todos los tics, costumbres, dones de la familia me había tocado precisamente esta? Enserio, gracias, muchas gracias por joderme la existencia.

Mientras Drew sigue renegando de su herencia familiar, un brazo rodea su cintura. En seguida, su cuerpo se queda quieto como estatua.

Mierda. Mierda, mierda, mierda, mierda. Por favor, por favor, por favor que no me haya ligado a ninguna niña rica de París ayer. No otra vez. ¡Te lo suplico!

Inmóvil, Drew empieza a imaginarse los diferentes rostros que podría tener el cuerpo a su lado. Sabía que tendría que ver el rostro de la chica con la que se había acostado tarde o temprano pero...Andrew prefería más tarde que temprano.

Un buen tiempo pasa con él así, deliberando entre girarse o no. Cuenta hasta tres varias veces pero en ninguna logra reunir el valor para hacerlo.

Vamos, Drew. No es como si fuera tu primera vez con una desconocida. Zania lo entenderá, es más la sesión ya ha terminado. No necesito rendirle cuentas al fin y al cabo. Ok, aquí vamos.

Lentamente, Drew gira hasta quedar cara a cara con la persona a su lado. El alivio sale en una exhalación cuando se da cuenta de quién se trata.

Solo es Jeff.

A su lado, un muy dormido Jeff balbucea algo incomprensible. Drew se ríe al ver cómo las mejillas del chico se aprietan con la almohada dándole un aspecto inocente. Recorre la mirada por su rostro notando cómo la noche anterior le pasó factura a su aspecto. El cabello perfectamente peinado ayer, pasó a ser el nido soñado para cualquier ave; bajo sus ojos hay una ligera sombra y su boca empieza a babear un poco. Definitivamente estaba rendido el pobre.

¿Cómo llegamos al hotel?

Drew empieza a imaginarse diferentes formas, piensa que de seguro bebieron hasta que los corrieron del lugar y luego vagaron por las calles de París cantando canciones de su adolescencia. Era un milagro que los dos siguieran vivos y juntos, pero como dice el dicho: "Los borrachos son como los gatos, siempre regresan a casa y nadie sabe cómo."

COLISIÓN - Homoerótica [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now