Capítulo 11: Negación y confesiones de un irve

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París, Francia.



¡¿Qué mierda?! 

Esa era la frase que Drew se repetía desde que salió de esa habitación. Había estado coqueteando, él nunca coquetearía con nadie del trabajo y menos con un chico, un novato, para nada parecido a su sexy no...ex-novia. 

Sacudió la cabeza para sacarse los recuerdos de su ex-novia y, de paso, los extraños pensamientos que tuvo por un momento cuando vio al tal Jeff desvestirse. Porque definitivamente, él no era gay.

Cuando bajó a la recepción, le avisó a Bonhomme que saldría a divertirse a lo que el encargado asintió con una sonrisa carismática. Quizá no sonreiría tanto si supiera el porqué estaba saliendo y a hacer qué.

No le mintió a Jeff cuando le dijo que iría al club de un amigo. El club "Queen" quedaba a cuadras del hotel y podía ir caminando. Por suerte, la noche estaba despejada y no hacía tanto frío, su chaqueta de cuero sería suficiente para mantenerlo caliente.

Andrew caminó cruzándose con diferentes tipos de parejas y amigos yendo de fiesta. Inclive a un grupo de chicas que estaban increíblemente excitadas porque era la despedida de soltera de una de ellas, o eso es lo que él escuchó después de que una de las chicas gritara con un megáfono sobre una lujosa limusina en curso. Definitivamente, la París cobraba más vida en la noche que en el día.

Cuando llegó al club, ni siquiera tuvo que hacer fila, su nombre siempre estaría en la lista. O eso le había dicho Abelard, un viejo amigo suyo y dueño del lugar que había conocido cuando debutó en Francia. 

Una chica y sus amigas se dieron cuenta de el trato especial que estab recibiendo Andrew y no tardaron en tratar de colarse con él. Lo abrazaron como si no lo hubiesen visto en años, aunque para él había sido nunca. Las tres chicas, una morena y dos rubias, buscaron juntas enroscarse en los brazos de Drew quién, después de ver lo guapas que eran, decidió que había tenido un golpe de suerte y se adentró en el club con ellas.

Por dentro, la vida nocturna de París se daba a conocer. Habían luces, música a todo volumen y gente saltando y bailando por todas partes. A lo lejos, Drew podía apreciar lo llena que estaba la barra, aún así, eso no lo desanimó a ir a por algo para beber y de paso invitar a sus muy animadas nuevas compañeras. Así que las condujo hacía allá y, después que cada una se sentara de piernas cruzadas sobre sus asientos, Andrew se animó a pedir.

— ¿Qué es lo que van a querer que les invite, mes chères? — preguntó Drew con su acento americano que hizo que las jóvenes rieran y se sonrojaran a la vez por su afortunadamente guapo acompañante. 

— ¡Tequila! —  gritaron las tres al mismo tiempo. Las cejas de Andrew se alzaron pero no dijo nada. En cambió, solo asintió y les dio otra de sus «sonrisa moja bragas», como decía Live.

Tequila sera — obedeció Drew, todo sonrisas y llamó al barman para que complaciera a sus bellas amigas. Después de todo, las tres eran jóvenes y guapas. Una de las rubias destacaba más y Drew se dio cuenta de inmediato de que ella lo miraba de vez en cuando. Drew no era tonto, sabía cuando a una chica le gustaba, es por eso que, después de dos rondas de tequila shots, se animó a sacarla a bailar.

Caminaron tomados de la mano hacia la pista de baile. Mientras más cerca estaban del escenario, más fuerte se escuchaba la música, más fuerte gritaban las personas y más agradecido se encontraba Andrew. Pues la música y el ruido opacaban sus pensamientos. 

Tomo de la cintura a la chica y, a su vez, ella rodeo su cuello con sus brazos. Se apegaron más y más. Cuando la rubia llevo la mano de Drew hasta su trasero, él supo que no iba a salir solo de ese club esa noche.



COLISIÓN - Homoerótica [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now