Capítulo 16: Miradas, confesiones, disculpas y de vuelta al trabajo

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George V, París-Francia




Mierda. No esperaba eso. 

El rubio había abrazado al novato en un arrebato de alegría y agradecimiento. Era común en Andrew pues era alguien cariñoso pese a su gran tamaño, lo cual lo hacía ver tierno para sus amigos y familiares. Sin embargo, cuando se separaron y vio esos ojos...Oh, que ojos.

Eran verdes, se parecían a los de Livvy, pero tenían algo más. Unos anillos amarillos rodeaban su iris como un halo. Son avellanas. Aun así nunca había visto unos ojos de ese magnífico color y por un diminuto momento, Jeff le pareció hermoso.

¿Qué carajos? ¿Dije hermoso? No, no lo dije. No describí a un chico como hermoso. Andrew Liberman no piensa que los chicos sean hermosos.

Asustado y cansado de debatir con su propia conciencia se quita la ropa para darse un baño. Camina hasta la perilla pero, cuando estaba a punto de abrir la perilla de la puerta, el sonido de la ducha lo alerta y le hace recordad que Jeff se encuentra allí. Frustrado por su pésima memoria y por el pensamiento que se le ocurrió, uno que involucraba al joven novato duchándose, se aleja de la puerta. Decide encender la televisión y espera que esta lo distraiga de sus extraños pensamientos.

Pero no puede dejar de pensar en eso. A los quince minutos, sale Jeff en toalla y arruina todo por completo sin saberlo. Drew no puede evitar echar una ojeada al cuerpo del maquillista. 

No está mal. Obviamente no me supera en abdominales pero...

— ¿Admirando la vista? — La voz de Jeff lo saca del trance en el que estaba y Drew aleja la vista. Si Jeff lo nota, no dice nada. 

—Solo me pensaba en que parece que te esfuerzas mucho solo para ser un maquillador — inventa Drew. 

—Todo queremos vernos bien. Pero creo que es la costumbre, después de todo, yo solía ser modelo — La nueva información hace que Drew se apoye sobre sus codos para erguirse. 

— ¿Tú Jeff, el "maquillista todo lo puedo" sobrino de Stella, fuiste un modelo?— inquiere el mayor incrédulo.

Ok, ahora los cerdos vuelan y los unicornios existen.

Al contrario de Drew, Jeff luce calmado y hasta algo divertido por la expresión del modelo.

—Sí, pero no era lo mío — confiesa mientras se pone una camiseta marrón, Drew aleja la mirada. Más para evitar tentarse que por falta de interés, pero no quiere aceptarlo.

—¿Quieres decir que en vez de ganar cinco veces más de lo que ganas ahora y tener miles de beneficios más, preferiste pintarle la cara a la gente en vez de que hagan todo por ti? — pregunta Drew después de un rato. Jeff arruga el ceño.

—No pinto caras, maquillo— corrige con orgullo.

—Ese no es el punto —replica Drew.

Jeff exhala incómodo y Andrew nota que éste suele rascarse la nuca cada vez que no sabe qué hacer.

—No lo sé, ¿ok? Simplemente, no me gusta que me digan qué hacer a cada rato y, además, no me considero alguien fotogénico.

No fotogénico, el culo de un chimpancé; en la foto de su currículo parecía más el hijo perdido de una estrella de cine que un maquillista solicitando empleo.

COLISIÓN - Homoerótica [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now