COLISIÓN - Homoerótica [EN EDICIÓN]

Capítulo 1: De vuelta a casa

Londres, Inglaterra.

"Parece que el invierno iniciará con fuerza este año", pensaban los ciudadanos mientras miraban el nublado cielo gris sobre sus cabezas empapadas. Lo que había sido un pequeño chubasco  se habían convertido ahora en toda una tormenta. La ventisca arrasaba sin piedad, los puestos de periódico habían cerrado para evitar pérdidas, las personas que aún transitaban por las calles empezaban a sacar sus paraguas o correr en busca de refugio cubriéndose la cabeza con lo que tuvieran a la mano. No mucho después, los rayos hicieron acto de presencia. No obstante, contrario a lo que se esperaría, el tráfico de Londres no había amainado en lo absoluto. El sonido de bocinas se escuchaba en la capital, todos los autos negros querían adelantar sin éxito en su lenta pero insistente marcha. Los pasajeros miraban con preocupación la hora en sus celulares o relojes, rogando porque no le cobren de más. Londres podía ser un desastre en su exterior pero eso no le importaba a Andrew ni a las personas que estaban dentro del almacén con él.

Para él, no importaba si los Santa Claus de la caridad cargaban su grueso relleno en busca de refugio o si las tiendas con descuento empezaban a cerrar ya que no podían soportar el clima por mucho más tiempo. No, ese no era su principal problema. En cambio sus prioridades se centraban en el leve entumecimiento de sus piernas, que luchaban por mantener la difícil pose que había sugerido Colin. 

"Mira hacia acá, muy bien. Gira a tu derecha. ¡Perfecto! ¡Esa pose es genial, Drew, mantente así!" decía Colin emocionado al ver su visión de la foto perfecta realizarse mientras ajustaba el lente de su cámara hacia el anguloso perfil del modelo.

"Colin" dijo Andrew, una pizca de impaciencia se notaba en su tono. La expresión en su rostro se mantenía intacta pero una ligera gota de sudor empezaba a engrosarse en su sien. Si no terminaban en los próximos treinta segundos, sus músculos empezarían a temblar y muy pronto caería sin la gracia que lo caracterizaba. Ni hablar, antes muerto. Pensó Andrew, tragándose el cosquilleo que iniciaba en su pierna derecha y estirándose aún más. 

A Colin se le escapó una exhalación de asombro, la realidad había superado su visión. Debía capturar rápido esa pose. "Hermoso. ¡Mantente en esa pose Drew, es perfecta!" exclamó el fotógrafo sin percatarse de la lucha interna de los músculos del modelo.

"Colin" vuelve a mascullar Andrew, más desesperado que la vez anterior. No podría mantenerse por mucho tiempo, ahora el músculo de su brazo estaba por colapsar y ahí sí no habría nada por hacer. Le ardían los tríceps. 

"Ya casi terminamos, Drew" susurró para si misma una mujer mirándolo a lo lejos. Sus ojos azules mostraban preocupación por esas gotas de sudor en la frente del modelo. Si sigue así tendré que retocar su maquillaje. Otra vez.  Se masajea su hinchado vientre mientras piensa si coger la esponja o el paño primero.

Como contestándole el modelo murmuró un "Estoy a punto de caerme", pero el grito emocionado de Colin lo acalló.

"¡Divino!...una más, no te muevas... ¡Genial! ¡Terminamos!" declaró Colin. Por fin. El fotógrafo bajó su cámara mirando emocionado el resultado a la vez que Andrew se desplomaba sobre el mobiliario, exhausto. 

"Muy bien, ya oyeron al fotógrafo, gente. Recojan sus cosas. ¡Gracias por su esfuerzo!" dijo Zania, la directora de la sesión. Su nombre era conocido por quien supiera de moda y su talento para encontrar diamantes en bruto era legendaria. El mismo Andrew podría dar fiabilidad de eso. Y pese a la avanzada edad de sesenta años de la mujer, seguía robando miradas y corazones. Sus ojos grises se detuvieron en el modelo, que seguía recostado. Una mueca parecida a una sonrisa se plasmo en su rostro. Tan confiado como siempre, pensó y luego se dirigió al fotógrafo para ver las fotos de la sesión y escoger las definitivas.