Capítulo 19

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La imagen de lo que pasó en esta habitación me embiste de manera intrépida. Suspiro una vez que mi mente se deja llevar otra vez a ese momento de éxtasis con Amîr. Paso mi mano por mi cabello cansada de tratar de entender porqué lo hizo. Ese beso no fue cualquier cosa, fue irracionalmente intenso; nadie me había besado de tal manera.

El reloj marca las 7:15 en este instante, reviso mi teléfono por un momento encontrado varios mensajes de Nancy. Los leo respondiéndole rápidamente que estoy bien. Le envío una selfie muy sonriente para convencerla de eso. Estoy segura de que se siente culpable de lo que me ha pasado porque iba justo para su fiesta, pero yo pienso que cuando algo está en tu destino, ocurre como sea.

Ayer por la tarde, tratando de disipar mis pensamientos de lo ocurrido con Amîr, me comuniqué con uno de mis compañeros para tomar sus apuntes, y así poder estar al día con la clase que no pude asistir. Luego de estudiar le hice saber a papá que hoy iría a mis clases, y que no me ponga restricciones sobre el tema. Él me dio la razón, afortunadamente, por lo que preparé todo para esta mañana.

Toco mis labios con suavidad, cuando nuevamente recuerdo aquel episodio con Amîr, y de repente tengo el arrebato, o más bien, el coraje de tomar mi celular para llamarlo.

Una vez encuentro su número en mis contactos, presiono la tecla de llamar. Me quedo esperando en línea sin recaer en lo qué voy a decirle. Pienso en ello y creo que al final no importa lo que yo pueda decir, con que dé una explicación de lo sucedido me basta.

Aún sigo esperando, un poco impaciente, hasta que me sale la operadora automática. Cierro el teléfono de una vez sintiéndome frustrada porque puede ser que Amîr no quiere hablar conmigo.

Por un segundo reflexiono en cómo irá a tratarme a partir de ahora. Será diferente conmigo? La verdad me preocupa, no me gustaría que las cosas se pongan extrañas entre Amîr y yo luego de esto.

Me pregunto por un instante qué estaría pensando acerca de lo que hizo. Se estará cuestionando por sus actos, o fue sólo un juego para incomodarme.

Reviso mi celular tras haber escuchado el timbre de una notificación esperando encontrar un mensaje de Amîr. Pero no, es un mensaje de Nancy respondiendo lo que le había escrito hace pocos minutos. Suspiro rendida para entonces enfocarme en lo que tengo que hacer antes de ir a la universidad.

Media hora más tarde, tomo mi desayuno y Helen me informa que Torres está afuera para llevarme a la universidad. Minutos después me despido de ella y de Isabel antes de salir de casa.

Una vez afuera, saludo a Torres con mucho cariño. Igualmente me saluda sonriente ayudándome a subir al auto.

En el camino hablamos muy poco, debo reconocer que ando un poco distraída pensando en aquel evento que por ahora deseo ignorar. Estará igual de perturbado que yo? O es estará arrepentido? Me aflijo ante esa última posibilidad porque no quiero que ese sea el caso.

Finalmente llego a la facultad calculando la probabilidad que existe de encontrarme con Amîr. Sería tener demasiada suerte, pero es algo muy posible en este lapso de tiempo.

–Que tenga un lindo día – se despide Torres con una sonrisa, la cual le devuelvo antes de salir del auto.

Avanzo enfocada en el camino al salón de clases. De vez en cuando miro por los alrededores con discreción, pero no encuentro a quien inconscientemente estoy buscando. Llego a mi salón de clases justo a tiempo, y dentro de pocos minutos el maestro empieza a hacer sus exposiciones sobre el tema pendiente para hoy. 

Cuando la clase termina, le escribo un mensaje a Amîr para al menos asegurarme que lo recibe. Siento demasiada ansiedad.    

"Tenemos que hablar," le escribo la frase cliché que creí que nunca iba a utilizar.

Guardo mi teléfono enfocándome en el camino a la salida. El día se tornó nublado, pero no tengo problema con eso. Veo a Torres esperándome para llevarme a casa, entonces me aproximo hasta llegar con él.

Entro al auto y me coloco como puedo el cinturón de seguridad. Suspiro agobiada por los pensamientos que no me abandonan.

–Está todo bien? – me pregunta Torres percibiendo mi malestar.

–Si – le respondo mi verdad a medias; aunque sé que no me escuché nada convincente.

Pienso que en todo lo que me pueda pasar a lo largo de mi vida podría resultarme confuso en su respectiva situación, no obstante puede ser que más adelante descifre y comprenda el porqué de las cosas.

Un par de minutos después, me surge una idea por lo miro a Torres un pico dudosa.

–Torres, podrías llevarme a casa de los Cannon? – Le pregunto aún sabiendo que su respuesta será afirmativa.

– Por supuesto – me responde enseguida y toma el camino que nos llevará allí, yo por mi parte suspiro ante lo que pueda venir.

****
Estando en la puerta de la residencia del socio de mi padre, me armo de valor al tocar el Intercom. Una mujer me saluda ante mi llamado y luego me pregunta a quién estoy buscando. Le pregunto si Amîr se encuentra, y después de darme una respuesta afirmativa, le digo a Torres que no me tardaré. Él dice que vaya sin prisa, pero no deseo hacerlo esperar mucho tiempo.

Una vez la puerta se abre, avanzo hacia la puerta principal en la cual una mujer me recibe muy amable. Me dice que Amîr está en su dormitorio por lo que plantea ir a avisarle.

Inmediatamente le pido que no lo haga, que no le diga que estoy aquí y que más bien me permita subir a hablar con él. Ella duda por un segundo, y estoy consciente de que esto pueda ocasionarle un problema con él conociendo ya su temperamento; más le aseguro que soy amiga de Amîr para hacerle entender que no habrá ningún problema.

Ella finalmente accede a mi petición permaneciendo que suba al segundo piso. Una vez allí recuerdo de forma automática la ubicación de la habitación de Amîr. De paso también recuerdo la conversación que tuvimos aquel día en la azotea.

Una vez frente al dormitorio de Amir, mi corazón comienza a palpitar con mas agudeza. No sé exactamente qué es lo que voy a decir ni cómo Amîr vaya a comportarse, pero lo cierto es que ya estoy aquí lista para que pase lo que sea que venga.

Toco la puerta, y  espero un momento antes de volver a tocar. Espero un momento más, y tras algunos segundos la puerta se abre.

No encuentro la palabra indicada para describir el asombro de Amîr al verme. Me deja percibir que lo tomé desprevenido porque está estático fijo en mis ojos dándome una mirada que no es clara ni precisa; sin embargo de pronto se recupera y vuelve su rostro sombrío.

–Qué quieres? – suelta de forma tajante, sonando tosco y frío como lo hacía en un principio. No puedo creerlo. 

–Necesito que hablemos – me hago la fuerte porque en este momento no me puedo dar el lujo de verme frágil frente a él.

–Sobre qué? –  me pregunta en un tono cargado de cinismo, y me muerdo el labio por la impotencia y el enojo que me envuelve.

Me cruzo de brazos y decido no responderle porque no voy a caer en su juego favorito, ya lo conozco mucho mejor y sé que si le doy explicaciones siempre encontrará la forma de llevarme la delantera.           

Ante mi persistente silencio, Amîr rueda los ojos abriéndome un espacio para dejarme pasar a su oscura habitación. Por un segundo pienso que Torres está esperándome afuera, más confío en que no me tardaré mucho.

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