Capítulo 5

167 13 9
                                    

Dedicado a hildaniasp

Cuando salgo del comedor, paso a la sala, pero ya no hay señales de él. Debió haberse ido a una velocidad muy buena para que yo no lo haya perdido alcanzar. Supongo que lo más probable es que se encerrara en su habitación para liberar toda su frustración en secreto. Al menos eso haría yo.

Sin saber qué hacer, tomo asiento en uno de los sillones cerca de mí para analizar lo que acaba de pasar y también mis actos irrazonables. Pienso que es una locura todo esto. No entiendo porqué me preocupa su situación, debe ser que me provoca compasión porque puedo imaginarme la tortura de no poder amar libremente.

Suspiro profundo y de pronto siento que me falta el aire y esto debe ser porque talvez el ambiente se tornó pesado. Me pongo de pie, y decido caminar hacia puerta principal para respirar aire de afuera y contemplar la noche.

Cuando atravieso la puerta delantera, me veo obligada a detenerme en el umbral, al ver la silueta de una persona inconfundible sentada en las diminutas escaleras que bajan a la salida.

Bien! Aquí está. Le caí atrás hace unos minutos, y ni siquiera sé con cuál propósito. No sé qué decirle.

Mientras tanto, consigo liberar la cantidad de aire que tenía retenido, al mismo tiempo que lo observo a sus espaldas. Este sujeto es un misterio en su totalidad, y esa es la habilidad que posee de llevar mi curiosidad a su nivel más alto.

Me propongo llegar hasta donde él está para sentarme junto a él, mas mi plan fracasa. Amîr se pone de pie tan pronto nota mi presencia, y baja los escalones restantes de forma inmediata.

Lo desafío cuando me atrevo a bajar las escaleras completamente para estar considerablemente cerca de él.

-¿Tú qué quieres? - suelta, con un tono de voz hostil, pero contrario a eso, traga saliva clavando su atormentada mirada en mí. Es como si me diera potestad para ver lo afectado que está con la situación que está atravesando. Eso me confunde demasiado.

No me importan sus duras palabras, ignoro su pregunta y su hostilidad por el momento; en cambio, me apego ante este acto de transparencia que me deja ver su fragilidad justo ahora.

No entiendo por qué pienso que me va a confiar sus secretos y dejarme descifrar sus misterios; además, cómo voy a plantarle un tema cuando en estos momentos apenas soy capaz de mirarle a la cara.

Lo quieren casar en contra de su voluntad, al menos eso traté de entender cuando hizo todo aquel drama; creo poder comprender esta situación después de unir cabos. Ya sé por qué no quiere regresar a Abu Dhabi. Por Dios, eso es muy injusto. A este chico no le gustan las mujeres ¿Cómo puedes obligar a alguien a estar con una persona que no quiere? A demás sería un castigo para esa chica.

No puedo evitar ponerme en el lugar de Amîr por un momento. Me da lástima su penosa situación y de pronto quiero ayudarlo aunque no se merezca que yo haga algo por él.

-Deja de mirarme! - gruñe entre los dientes haciéndome volver a la realidad.

Me enfoco en sus ojos, encontrando en ellos, la viva combinación de la desesperación, enojo, y vulnerabilidad. Por encima de su altanería y rebeldía, este chico debe sentirse impotente ante esta rollo que no puede controlar; ante un destino que no quiere para él.

No intento buscar excusas para justificar su comportamiento tan poco cortés con el que casi siempre actúa, pero cabe pesar que se deba a todo por lo que está viviendo sin encontrar otra forma en demostrar fortaleza.

-¿Que no me oyes? Deja de mirarme! - se desespera ante mi continua mirada y mi silencio. Su voz fue un poco más alta.

Tengo que actuar rápido, no tengo muy claro lo que voy a decirle, pero ya lo tengo aquí de frente, así que debo reunir un poco de valor.

Mas de ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora