Capítulo 9

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Ciencias nunca ha sido lo mío, lo decía desde pequeña y ahora lo repito mentalmente una y otra vez. No es que no comprenda la materia, es simplemente que me agobia o me aburre; no lo sé exactamente. El caso ahora es que este maestro me la está haciendo aún más tediosa.

Mi mano derecha ya la siento bastante cansada porque hemos estado tomando notas desde que la clase inició. No me disgusta tomar apuntes, pero si me saca de línea los maestros que sólo hacen eso.

Miro el reloj cinco veces por minutos. Estoy algo distraída o más bien impaciente. Falta muy poco para que la clase termine.

Me pregunto si Amîr ya me estará esperando. No importa. Que espere.

Pienso en el chico y su diferente y repentina actitud que asumió conmigo. Para qué quiere que vaya con él si me ha demostrado de muchas maneras que no le agrado. Él es muy contradictorio.

Interrumpo mis pensamientos tan pronto el profesor anuncia que la clase termina, así que guardo mis cosas en el bolso y salgo directo para el estacionamiento.

Al llegar, me resulta demasiado fácil ubicar a Amîr a distancia, por razones tan obvias que estarían demás mencionar.

Él aún no alcanza verme porque no está de frente a mí, sólo lo puedo ver de perfil apoyado en un auto color negro. Continúo cortando distancia y mientras más cerca estoy, me doy cuenta de que Amîr no está solo.

Torres, el chofer de la empresa, está aquí con él y tan pronto me ve, me regala una sonrisa afectiva, pero discreta. Reconozco su auto detrás de Amîr tan pronto él endereza su posición.

Al yo desconocer la presencia de Torres aquí, empiezo a imaginar un montón de cosas; y predomina la idea de que pasó algo malo. No pudo haber venido simplemente a recogerme porque yo tengo el auto de Helen conmigo. Además, qué hace aquí con Amîr.

–Pasó algo? – pregunto, logrando despreocuparme debido a que Torres luce relajado. Si pasara algo él tendría otro semblante.

-En realidad... –empieza a decir.

–En realidad nada. Le dije que se puede largar; yo me iré con ella – lo calla Amîr con tan mal gesto que no sé porqué me sorprende después de tanto. Quiero decirle algo pero de pronto atrapa mi muñeca y me aparta halándome hacia el otro lado del estacionamiento.

Es increíble la manera en la que se atreve a comportarse con una persona mucho mayor que él; una persona que ni siquiera conoce.

Me choca tanto este comportamiento, que me suelto de su agarre como puedo.
Su agarre no era agresivo, pero si me sostenía con firmeza.

-¿Qué está mal contigo? – gruño, a la vez que miro hacia atrás para ver a Torres apoyado en el auto de la misma forma en que lo estaba Amîr hace minutos. Vuelvo a darle la cara – No tenías que ser tan irrespetuoso – lo regaño con un tono mas relajado.

El sujeto necio al que le hablo, mete las manos en los bolsillos de su ropa y me contesta con un "Si, ya" entre dientes, demostrándome que le resbala mi comentario.

Quiero hablarle desde el enojo que me provoca sus cambios constantes, pero lo cierto es que no vale la pena.

–Por qué eres así? – mi voz suena tan suave porque era una pregunta que me hacía internamente la cual no pretendía articular.

–Es difícil verlo, verdad? – me pregunta sin esperar respuesta – Tú ves las cosas desde ahí, desde tus patéticos zapatos, desde tu mundo de nubecitas y mariposas, esperando que yo adopte una actitud sumisa ante toda la maldita situación que estoy viviendo – me mira fijamente, y por lo que me dice y veo en sus ojos, deduzco que está desesperado por alguna razón.

Mas de ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora