Capítulo 12

62 7 7
                                    

Termino de bajar las escaleras avanzando un poco más hasta llegar a la sala. Busco a Amîr con la mirada y cuando lo encuentro veo que tiene puesto una camisa de color blanco con las mangas recogidas a la mitad y unos pantalones azul marino. Me extraña porque me dijo que vestiría así solo por el día de ayer.

Amîr se encuentra sentado en el sofá entretenido con su celular, sin embargo tan pronto siente mi presencia lo guarda y se pone de pie.

– Hola – dice simplemente con bastante calma, mientras esconde las manos en sus bolsillos.

– Cómo estás? – le respondo el saludo con esta pregunta. 

Estudio su estado de ánimo porque con Amîr nada es seguro; pero la verdad lo noto demasiado tranquilo y un aura de paz.

–Perdón por venir sin avisar – se disculpa ignorando mi pregunta – Quería preguntarte si tenías tiempo para dar una vuelta – plantea mientras me observa con el ceño levemente fruncido a la espera de una respuesta.

Me río internamente tras escucharlo. No me río por lo que dice sino por la chistosa y paranoica idea que se asomó por un segundo considerando una posible clonacion de este chico.

El Amîr que yo he venido conociendo no es uno que vendría precisamente a invitarme a dar una vuelta. Es cierto que nos llevamos mejor, pero no sé si debería fiarme de él; sin embargo, después de pensarlo un poquito, la idea de salir un rato no me caería tan mal. Quizás debería de apostar un poco a la amistad que pueda surgir entre nosotros.

–Debo ir a la facultad más tarde, así que supongo que podemos salir un rato – le hago saber con anticipación. Amîr dice que está perfecto, y por su semblante me parece que está conforme. Preparo lo que necesitaré en clases antes de salir y por consiguiente le aviso a Helen sobre la salida.

Al estar fuera de casa, veo un auto negro al cuál Amîr me conduce. Subo al asiento del copiloto dejando a un lado mi bolso con mis libros. Vengo preparada para las dos clases que tomaré por la tarde.

– A dónde iremos? – le pregunto a Amîr en cuanto él toma asiento y enciende el auto.

–Podemos ir a almorzar – sugiere animado, y pone música mientras salimos. Yo asiento en respuesta a su propuesta y me relajo.

Lo observo disimuladamente, y es evidente que está de muy buen humor. Por un momento había llegado a pensar que venía a molestarme, al parecer ya eso es parte del pasado, tal vez entendió que ai podemos tener una amistad.

Tras pasar varios minutos aún en la carretera, me propone entrar a un restaurante que vemos en una esquina; de una vez le hago saber que estoy de acuerdo.

Entramos al estacionamiento, y bajamos del auto para adentrarnos al lugar. Caminamos a la par mientras que una música instrumental  es lo primero que escuchamos tan pronto abrimos la puerta de cristal. Es una sonido relajante.

Lo primero que hago es mirar a los alrededores percatandome de que hay muchas mesas desocupadas. Eso nos favorece porque vinimos sin hacer reservacion.

–Espera un segundo – me dice, Amîr, mientras va a solicitar una mesa para nosotros. Luego regresa junto a un camarero el cual nos indica dónde tomar asiento.

Una vez ocupo una de las sillas, me dedico a echar un vistazo a los alrededores. El lugar está muy alumbrado lo que crea un afecto especial, le da transparencia y belleza al espacio. Amîr se siente en frente de mí, y procedemos a ojear el menú.

–Qué vas a pedir? – me pregunta Amîr enfocado en el libro.

–No estoy segura. Me gustaría algo ligero – le informo y él sólo dice "Entiendo".

Mas de ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora