Capítulo 5

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Narradora POV

*(Ropa del día en multimedia)*

Ese mismo día la peli-castaña llamó a su tío para avisarle que estaría en el pueblo, iba a aprovechar para saludar a todos los que conocía, fue desde el ayuntamiento hasta las afueras dónde se encontraba la granja, pasó a la montaña y regresó a la playa, y todos habían reaccionado de una manera muy parecida a la del Sr. Porter.

Pasó gran parte del día saludando y hablando con todo el mundo; a eso de las 2 de la tarde fue al restaurante del Sr. Porter para comer algo, menos mal guardaba algo de dinero dentro del forro del celular para emergencias y pues... es una emergencia, nunca se disfruta un día tan soleado sin comer algo, aunque para ser sinceros la peli-castaña prefería un clima frío. Se sentó en una mesa de fuera con su pedido y casi al momento Alex se sentó a su lado para conversar, ya le tenía más confianza a la chica.

Así pasaron una buena hora, la peli-castaña comiendo y riendo con la compañía del oji-azul, al terminar se despidió de Alex y del Sr. Porter pagándole al más viejo la cantidad acordada por la comida *(la que quieran :b)*.

Fue a dar un paseo por la playa para relajarse, la suave brisa que había le volaba el corto cabello, ese tan conocido aroma a sal en el aire le recordaba que ya estaba en su hogar, el caminar tranquila sin ningún problema en mente le recordaba que ya no estaba en esas calles tan ajetreadas de la gran ciudad, esa sensación de la arena en los dedos de sus pies que, a pesar de tener sandalias, no quitaba lo poco de arena que alcanzaba a entrar.... la había extrañado, simplemente la tranquilidad que había en su ciudad no se comparaba a lo ajetreada que era el lugar dónde había obtenido su título como bióloga marina, en ese lugar no conocías a nadie y si llegabas a mirar a alguien, fuera de cualquier forma, o te pegabas un poco a una persona ésta te mentaba la madre, dónde el tráfico era un caos, dónde todos estaban tan ocupados que no se detenían para ver lo que había a su alrededor... nada, nada se comparaba a su bella ciudad.

Caminaba hacia ningún destino en particular, solo se dejaba guiar por la calma que sentía en ese momento y, sin darse cuenta, llegó hasta la tienda de mascotas; recordó gracias a la conversación de hace unas horas con el equipo de rescate que ahí se encontraba Katie, la chica de la que le hablaron, le pareció buena idea presentarse ya que no la conocía, además de que no la recordaba en la ciudad antes de que ella se fuera, seguramente la chica llegó después.

Entró a la tienda y se dio cuenta de que todo parecía estar en perfecto orden. Al fondo de la tienda se encontraba una chica de pelo rubio con vestido rosa organizando unas estanterías en lo que parecía ser la zona de los baños para mascotas, una pequeña gata gris estaba jugando con una pelota de estambre en el mostrador hasta que se le cayó por falta de espacio, inmediatamente recogió la pelota y se la devolvió para luego caminar hasta dónde se encontraba aquella chica.

-¡Hola!- saludó con emoción la castaña, la dueña del local estaba tan sumida en sus cosas que se asustó al escuchar aquel saludo, tanto que arrojó el objeto que sostenía entre sus manos directo a la cabeza de la castaña, si no fuera por los reflejos y la suerte de la oji-castaña (sobre todo la suerte) ese golpe le hubiera dejado un chichón- ¡Lo siento! no quería asustarte..

-Oh dios... está bien, tranquila, perdóname a mí por casi pegarte...

-No, está bien, fue mi culpa de todos modos, yo y mi torpeza... bueno yo... yo venía a presentarme, al parecer no llegamos a conocernos antes de que me fuera: Soy ______, sobrina del capitán Turbot- extendió la mano amigablemente en forma de saludo.

-Con que tú eres la anterior dueña de Zuma, la chica de la que no paraban de hablar jeje- extendió la mano para aceptar gustosa el saludo-, soy Katie, dueña de la tienda para mascotas y supongo que no, llegué aquí hace 4 años, en ese entonces no te había visto en la ciudad.

Jamás lo esperé (Ryder x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora