Capítulo 12

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Narradora POV

Pasadas unas cuantas horas del almuerzo la tormenta por fin daba señales de querer parar pues ya no sonaban truenos y las gotas de lluvia golpeaban con menos fuerza en las ventanas, la gente suspiró de manera aliviada: ya sabían que podían irse ese mismo día a sus hogares y ver los daños impuestos en estos.

Cierto grupo estaba tan ensimismado en sus jugarretas y risas que no se dieron cuenta en el momento que cierto niño de cabello castaño claro y ojos de un azul cielo se acercaba.

-¡Hola!- dijo enérgicamente logrando un susto realmente fuerte en el grupo.

-¡Alex! Dios, no vuelvas a aparecerte así...- dijo la rubia, sonó al tiempo suspiros de alivio del resto.

-¡Jeje lo siento!- comentó con una leve risa- ¿Puedo llevarme a _____ un rato?- preguntó algo avergonzado dirigiendo su mirada al capitán.

-¿Y eso enano?- fue el turno de preguntar de la oji-castaña.

-Q-quisiera jugar contigo en lo que termina de pasar la tormenta...- bajó la mirada avergonzado lo que provocó ternura en la contraria.

-Ummmm... no lo sé, ¿qué dices tío? ¿dejas ir a esta loca?- miró a su tío.

-... Con tal y no vuelvas a salir de esta habitación...- el capitán no estaba muy convencido, la chica ya había huido dos veces del lugar (de maneras muy diferentes, pero igual había escapado) ¿qué le aseguraba de que no iba a hacerlo una tercera vez?

-Prometo no volver a salir- respondió algo apenada, pero... ¿quién podía culparla? Revivió de manera espontánea algo que pensó que ya estaba enterrado en lo más profundo de sus recuerdos.

-Si gusta y se siente más seguro, Ryder se ofrece para cuidarla- habló Katie metiendo la mano en la conversación dejando a un castaño sorprendido y confundido en su lugar.

-¿Qué?- preguntaron ambos castaños, uno más confundido que el otro; el rostro de la castaña se incendió de manera casi inmediata dejando rostros picaros en algunos de los presentes.

-La verdad sí, me sentiría más tranquilo si Ryder te cuida- prosiguió el capitán; la castaña estaba que no se lo creía pues ¡ya no tenía 8 años! Ya no necesitaba niñero, pero... si así salía un rato de las inconscientes miradas de pena y preocupación que le dedicaban todos lo aceptaría sin duda.

-... Merlín... De acuerdo- aceptó rendida mientras se levantaba, pero con cierto deje de felicidad, no iba a negar que la idea de estar casi a solas con el muchacho le agradaba, y mucho. Dicho esto, el muchacho sin más remedio (como si se hubiera negado a la petición) se levantó de su lugar para seguir al niño y la chica. 


...

Ya entrada la tarde se podían apreciar motas de diferentes colores en el cielo: amarillas, naranjas, rojas, un poco de azul del cielo, grises y negras (por la tormenta); se podía observar levemente cómo el sol estaba posado sobre el mar dando paso a una noche de la cual poco sobresalían las estrellas y la luna menguante.

Los habitantes de la Bahía salían por la única puerta del ayuntamiento con dirección a sus casas agradeciéndoles a cierto grupo por las acciones tomadas en el día, estos se dedicaban a decirles que era solo su trabajo. La pequeña castaña yacía a un lado del grupo, más específicamente al lado de cierto oji-castaño sin prestarle atención a las personas, pues su mirada se posaba en la vista que tenía el ayuntamiento: el mar; su cuerpo se tensó al pensar que tendría que atravesarlo en el barco de su tío para poder llegar a su hogar, inmediatamente y sin prestar la suficiente atención sostuvo la mano del muchacho a su lado mientras suspiraba rendida... tendría que hacerlo, fuera en ese instante o después tendría que hacer ese viaje, no podría huir de ello.

Jamás lo esperé (Ryder x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora