Capítulo 39

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El sábado, Mad se preparaba para ir a la iglesia, cuando de repente su hermana le gritó desde la entrada que bajara. Le hizo caso y se encontró con una enorme sorpresa: una canasta de bombones con globos naranjas y una tarjeta.

—El chico fue bastante específico sobre el color de los globos, ahora entiendo por qué. Es de un tal Joe, la encargó el lunes y pidió que la trajéramos el sábado por la mañana.

Mad estaba perpleja y solo fue capaz de tomar la canasta. Entró a la casa y leyó la tarjeta: "si bien no pude estar ahí, quería darte algo bonito. Felicidades por la obra y espero que disfrutes los dulces". Sonrió y lo llamó de inmediato, dejando los bombones de lado, momento que fue aprovechado por Kathy y Michael.

—¡Hola! —gritó alegre en cuanto el joven contestó.

—Por la hora y tu tono, deduzco que ya te dieron mi encargo.

—Sí y es... es magnífico. Gracias. —Sonrió con lágrimas—. En serio es un gesto muy lindo de tu parte.

—De nada, solo espero que estés bien y todo haya salido como querías.

—Resultó bastante bien, sí.

Siguieron conversando por un rato. Durante todo el día, solo pudo pensar en eso y ni siquiera recordó lo de la fiesta que dijo Will, hasta que llegó la noche y prefirió no contarle a Kathy, pues sabía que le diría que fuera, a pesar de que no quería ir. Se quedó un rato tocando el piano y luego anotó algunas cosas en su libreta, para luego dormirse.

A la mañana siguiente, pasó al club y se fue un poco antes, para alcanzar a cambiarse la ropa deportiva. Luego de ducharse, revisó su ropa y vio que todavía tenía aquella bolsa con ropa mojada, desde hacía una semana, pues la mantuvo oculta y sin ser capaz de hacer algo con ella. Tras vestirse, se escabulló, tiró la bolsa en el tacho de basura afuera y se fue de inmediato de la casa, para estar a la hora de almuerzo en el centro comercial, en donde su sonrisa se esfumó al ver que Lyla llegó acompañada de Fanny, mientras que Elizabeth estaba con Kim.

—¿Qué significa esto? —preguntó en voz baja, incómoda.

—Nada, que creo que todas deberíamos llevarnos bien, por lo menos por nuestra última semana de clases.

—Ok, entiendo lo de Kim, pero... —Apretó los labios, triste—. Fanny me odia.

—Solo fue un malentendido. Además, odiar a una chica por culpa de un chico es tan del año 2000.

Mad frunció el ceño al escucharla. Le parecía tan extraña la actitud de la chica, pero quería creer que tal vez sí tenía buenas intenciones.

—De verdad lamento las cosas que dije y cómo te traté —interrumpió Fanny, acercándose—. No te merecías eso. Simplemente perdí la cabeza cuando... —Tragó saliva y evitó recordar lo que vio y cómo fue para ella—. Maddie, lo siento.

—Descuida, reaccionaste según lo que viste y lo que te hicieron creer. No sé qué pasó que cambiaste de opinión, pero me alegra que así sea, porque... —Se trabó, pues estaba emocionada y nerviosa a la vez. Incluso si lo solucionaban, sabía que las cosas ya cambiaron para siempre—. No quiero perder nuestra amistad. Ya fueron demasiadas cosas que perdí en la vida como para sumar eso.

—Tampoco quiero perderte. —dijo al borde de las lágrimas.

Se abrazaron y empezaron a llorar juntas, observadas por el resto de las chicas.

Se abrazaron y empezaron a llorar juntas, observadas por el resto de las chicas

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Mad #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora