Capítulo 35

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Mad guardó sus cosas en la mochila de la escuela y se colocó el collar que le regaló Joe. Se miró en el espejo, deseando que estuviera junto a ella y tocó el dije de corazón que tenía.

Sus últimos días se resumieron en vivir una pesadilla tras otra, tratando de buscar una esperanza para seguir adelante, pero ni siquiera podía estar segura de que mantenía su cabeza en la tierra como para continuar.

En cuanto se asomó por la escuela, sintió la atmósfera extraña cada vez que pasaba por algún rincón. No importa lo que estuviera haciendo, ahí estaban las personas hablando y chismeando. En definitiva, las últimas dos semanas de clases serían un infierno, eso sin mencionar el tiempo que la magia la atormentaría.

—Maddie —la llamó Jeff, durante el almuerzo—, ¿qué te pasa?

—¿A mí? Nada. —Sonrió, lo que le pareció muy tétrico a sus amigos.

—Te preguntamos hace cinco minutos si ya compraste tu vestido.

—O traje —acotó Mary.

—¿Dónde está Fanny? —preguntó Mad, claramente agotada.

—Sentada con Elizabeth y Kim —contestó Nick.

Mad echó la cabeza hacia atrás y bufó.

—Odio la realidad.

—Sí, creo que la mayoría, pero es lo que hay —le respondió la rubia.

Raven aprovechó que estaba sentada ese día junto a Mad, para poder hablarle.

—Perdón por no ir a tu presentación —se disculpó.

—Descuida. —Volvió a sonreír—. Fue una mierda.

Sus amigos se miraron confundidos. Ella no era así.

—¿Y saben qué? Todo se puede ir muy a la mierda, ¡todo! —Rio—. No me interesa qué tan podrido está todo, que se quede así.

—¿De qué hablas? —preguntó Ned, disgustado por su rara actitud.

—¡Nada! Quizás se cumplió lo que todos dicen, que estoy loca, no me importa.

Mad dejó su almuerzo a medias y se retiró. Fanny la observaba desde la mesa en la que almorzaba y decidió ir tras ella, preocupada por su estado. La atajó varios metros más allá de la cafetería, sujetándola del brazo.

—No sé por qué actúas así y no sé si esto vaya a arreglar algo, pero debo decirlo: perdóname, por favor. —La miró suplicante—. En ese momento, estaba muy furiosa y no pensé con claridad, pero estuve repitiendo todo eso en mi cabeza y reflexionando al respecto... En serio, estoy muy arrepentida por cómo te traté, es obvio que tú no tuviste la culpa de que él te besara.

—Sí, eso... descuida, todo está bien entre nosotras.

Fanny sonrió y Mad le devolvió el gesto, para luego agregar:

—Hay cosas mucho peores.

Se alejó y se quedó en la sala de música, sabiendo que después no había alguna clase que pudiera ocupar el lugar. Se perdió cuando la profesora de ciencias sociales anunció que, tras la feria de los países, su nota perfecta se unía a las anteriores, dándole un perfecto promedio de preparatoria en aquella materia.

Su profesor de música la encontró tocando el teclado eléctrico, con un volumen bajo que, sumado al aislante recientemente puesto en la sala, era imposible percibir desde el pasillo.

—También me pongo a tocar música cuando no me siento bien —señaló su profesor, sacándola de sus lúgubres pensamientos—. Somos artistas, es lo que hacemos, ¿no? Expresamos nuestro mundo interior al exterior, gracias al arte.

Mad #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora