Capítulo 6

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Maddie se bajó en la parada que estaba frente al parque y llamó a Joe, para saber en dónde estaba él.

—¿Dónde estás?

—¿Ya terminaste de ducharte? ¡Por fin!

—¡No! Estoy en la parada del autobús. Voy hacia el parque, ¿y tú?

—¿Es broma? Creí que llamarías después de terminar de ducharte. Te estaba esperando para saber si salía o no del departamento.

—¿Todavía no vienes? —preguntó con angustia y cruzó la calle.

—No...

—Joe, por favor, ven rápido. —Tenía la voz cortada, pues se estaba desesperando por la situación—. Creí que ya estabas acá y...

—¡Wow, tranquila! Te estaba jugando una broma solamente. Estoy sentado en la terraza de una cafetería, dentro del parque.

Ella no pudo hablar siquiera. Estaba boquiabierta del asombro y sonrió, pero luego frunció el ceño. Por suerte, ya estaba en la vereda, pues en ese minuto había estado inmóvil.

—No vuelvas a jugar con algo así. Sabes que no cuento con mucho tiempo, porque en una hora más debo estar en el salón de clases.

—Ya, relájate, solo ven a una cafetería que se llama... Espera un poco, ¿sí? Es que tengo que revisar el nombre, porque no es la misma a la que fuimos el otro día.

Apartó el celular de su oído y se levantó de la silla, para ver mejor el cartel.

—Espuma de mar.

—¿Ah?

—Así se llama la cafetería: Espuma de mar.

Ambos rieron descontroladamente.

—Creo que ya sé dónde es. Voy.

—Ok, solo...

Mad cortó la llamada, dejando al chico con las palabras en la boca. Atravesó el parque, hasta una de las zonas de puestos de comida y encontró al chico sentado en una de las mesas. Por supuesto que conocía el lugar, pues mesesantes había ido a la heladería en la que solía ir con Spencer, descubriendo queya no estaba y, en su lugar, había una nueva cafetería.

—También tienen al frente el restaurante de comida marina —indicó Joe en cuanto la vio—. Estuve hablando con la mesera y me explicó lo del nombre.

—Que interesante dato.

—Sí... ¿no quieres que almorcemos ahí después?

—Tengo clases, recuerda. Yo almuerzo en la escuela.

—Podrías saltarte las clases y pasar el día conmigo.

—¡Ni loca!

—¿Ni siquiera por ser mi último día acá?

—¿Te vas a ir?

—Sí, voy a estar como una o dos semanas en Malibú.

—Así que lo de ir a surfear allá era muy en serio... podrían hacerlo acá también, ¿lo sabías?

—Sí, pero Spencer insiste en que allá es mucho mejor. No sé si lo sabías, pero él era de acá, de San Diego.

—Ah.... No lo sabía —contestó. Empezó a sentirse nerviosa y una risa extraña la invadió—. Es que, recién lo conozco y, bueno, es tu amigo, no mío, ¿entiendes? No tengo por qué saberlo o...

—¿Lo conocías?

—¿Qué? ¡No! Claro que no.

—Eres muy mala mintiendo, apuesto a que no lo haces seguido.

Mad #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora