Mad #PGP2023

Capítulo 20

Maddie sacó un par de libros del casillero, abrumada por todo lo que debía hacer ese día. Era lunes, tenía por lo tanto el ensayo hasta las cinco y media con el club de teatro, pero también tenía hasta las cuatro y media para ir a buscar a la guardería a Maya, la bebé a la que había quedado de cuidar. Si salía rápido de la escuela, quizás alcanzaría a ir a la guardería y volver al ensayo. ¿Sería muy irresponsable de su parte estar con la bebé todo ese rato y de la escuela ir a la casa de ella a cuidarla? Y peor: debía cuidarla hasta las ocho, por lo que, faltaría a gran parte del ensayo con su banda y tendría que quedarse en la casa de Adrián hasta las diez de la noche. Iba a ser pesado ese día y todavía le quedaba la mitad de la jornada escolar.

—Me dijeron que la chica la empujó lejos cuando la vio besando a su novio. —Escuchó a una chica cuchicheando con otra mientras caminaban por el pasillo.

—Y no es para menos. Si veo a mi novio con otra, le hago lo mismo a ella. Ganas no me faltarían de golpearla en la cara.

Mad enarcó una ceja, con la cabeza metida en el casillero y se asomó recién cuando dejó de escucharlas, sabiendo que ya estaban lejos. ¿Cómo había sido que ellas se enteraron de eso? Bueno, quizás era alguien más de quien hablaban... no, definitivamente era ella.

—Will —murmuró enojada, llegando a la conclusión de que él les había contado a otras personas lo que ella había hecho el día anterior.

El timbre sonó y Mad fue a la sala de matemáticas, cada vez más enojada al estar convencida de que había sido su coestrella quien había contado todo. ¿Es que acaso no estaban en suficiente confianza ya como para que respetara al menos su privacidad?

—¿Te pasa algo? —Volteó Lyla para preguntarle a Mad.

—Creí que ya estaba en buenos términos con Will, pero es el mismo imbécil de siempre.

Durante el almuerzo, Mad fue a hablar con Will, quien admitió bastante rápido que él les había contado a algunas personas lo que había pasado en la boda de Kathy. Él estaba sentado con los chicos de su equipo de baloncesto, a quienes rara vez veía, pues solía faltar a las prácticas.

—Ya si ellos se lo contaron a sus amigos es tema de ellos —contestó en tono burlesco.

—¡Idiota! ¡¿Cómo me pudiste hacer algo así?! ¡Creí que podía confiar en ti!

—Mad, ¿creíste acaso que somos amigos por estar en la misma banda? Sigues siendo la rara.

Maddie tenía los ojos llorosos, pero no quería ponerse a llorar frente a él. Por instinto apretó sus labios y se fue corriendo hacia el baño, mientras las lágrimas comenzaban a salir sin parar, como un dique cuya mínima grieta provoca una gran inundación. Lyla al ver lo que pasó y que encima el chico no sentía remordimiento, sino que se reía por la reacción de su amiga, quiso hacerlo sufrir un rato y humillarlo de peor forma, dándoles algo nuevo de qué hablar a todos. Por debajo de la mesa movió sus dedos en círculos, generando unas líneas moradas con ellos, miró fijamente al adolescente y manifestó sus deseos en contra de él, provocando luego de unos segundos que tuviera arcadas y terminara vomitando sobre su bandeja del almuerzo.

A ella le encantaba ver sufrir a las personas que hacían cosas malas, como Will, incluso había manipulado con magia el balón de Maddie para golpear al chico en la entrepierna, aunque quizás eso jamás se lo contaría a su amiga, no porque usara magia, sino porque sabía que la obligaría a pedir disculpas, por su naturaleza amable, lo cual era bueno, pero no le gustaba que los demás supieran manipularla, abusar de su confianza o aprovecharse de que no se defendería, incluso si lo intentaba.

Desde luego, sus mejores amigos estaban junto a ella en el baño para consolarla, aunque Lyla llegó después de ver a Will corriendo hacia el baño de hombres con desesperación, sin poder contenerse. Maddie los abrazó y les contó lo que había ocurrido con Joe y Melanie el día anterior. Recibió regaños por su actuar y también unas raras felicitaciones por atreverse a hacerlo.