Capítulo 38

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Me dirigí bastante cabreada con medio mundo hacia el casino, con Jack detrás mía igual de molesto. Serví en mi plato un desayuno para dos, pero en vez de ir en dirección a la Sra. Olsen, me encaminé hacia Erika, esta vez con paso decidido y una pequeña sonrisa.

Me senté a su lado aún con mi sonrisa en pie.

-Erika...-dije intentando que mi voz sonara lo más suave posible.

-¿Qué quieres?-dijo como de costumbre la chica, con un tono cortante y frío.

-Mira...- Hice una pausa para acomodar las palabras en una oración.- No me importa si no quieres decirme la razón por la que estás aquí, pero quiero que sepas que tu secreto lo voy a recordar por el resto de mi vida, no quiero que quede en el olvido como la mayoría de los que mueren aquí. Tal vez no pueda ayudarte, porque estamos en las mismas condiciones, pero puedo escucharte, si es que te sirve como consuelo.

Vi como los ojos de la chica cristalizaron por un momento, esa muchacha, ruda y siempre de facciones apretadas escondía un pasado tortuoso, y uno de esos que parecen pesadillas.

-Se que no nos conocemos, pero... Espero que puedas confiar en mi.-dije para concluir.

Erika no dijo nada, se quedó en silencio, mirándome de la misma manera que la última vez, cuando le pregunté sobre su pasado. Abrió la boca, pero no dijo nada, solamente se volvió a alejar.

Igual que la última vez.

No me olvides, por favor (Jack Frost y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora