Capítulo 51

3.1K 321 54
                                    

- ¿Y cómo están los niños?- pregunté intentando no tomarle importancia a la cara de Jack.

El chico solo alzó una ceja con el ceño levemente fruncido.

-Que bueno... - una pequeña risita de nerviosismo se apoderó de mis palabras. Jack solamente soltó un suspiro- ¿Qué?

-____(tn)...

-¿No te gustan estas actitudes rebeldes mías?

-Oye...

-Soy un caso perdido-dije en tono de autoburla-. No hay nada que ver aquí, el show se terminó. Shame on you _______(tn), shame on you.

-Perdí mi bastón.

-¿Cómo?- inquirí mientras el rostro se me agriaba cada vez más- ¿Y no se te ocurrió buscarlo acaso? ¿Qué vas a hacer ahora?

-Claro, iba a darme el tiempo de buscarlo sabiendo que tú estabas expuesta aquí, sola, a quién sabe qué.- El muchacho se me acercó a brazos cruzados, con un gallo en la voz que destapaba su preocupación.

-Bueno, ya viste que estoy bien, sigo muerta, pero bien a fin de cuentas.

-¡¿Estás loca?! ¡Ni muerto te llevo allí de nuevo!

-Pues yo ya lo estoy.- dije mientras lo apartaba con el brazo, encaminándome de nuevo hacia el manicomio.

-¡____(tn)!- Escuché a Jack atrás mía.

-¡¿QUÉ?!- exclamé dándome bruscamente una media vuelta.

-¡Deja de actuar como una niña pequeña y escúchame! Esto es más importante que un maldito palo de madera.

Se aproximó hacia mi con paso seguro aunque demandante, no se le notaba enojado, si no más bien asustado, aunque desconocía la razón.

En cuanto ya estaba lo suficientemente cerca mía me agarró la cara con ambas manos, estaba tiritando. Apretó los labios mientras estudiaba mis facciones con total determinación, como si fuese la última vez en la que tendría la oportunidad de verme.

-¿Sientes algo extraño?- su voz se había debilitado considerablemente.

-¿A qué tr refieres?- ya me estaba asustando, ¿a caso se refería a...?

-No sé, más liviana, que tu cuerpo se está desvaneciendo, tal vez. No conozco la sensación.

Estaba en lo correcto. El corazón -si es que le puedo llamar así- comenzaba a apretárseme, como si las cuatro paredes de lo inevitable lo encerraran para que no pudiera escaparse de lo que le venía. ¿Y si es que me iba? No lo sentía así, aunque tampoco sabía cómo es que debía sentirse exactamente.

-La última vez me dijiste que sentías que todo se emblanquecía y que cada vez te sentías menos corpórea.- El muchacho me miraba atentamente, esperando una respuesta que no sabía cómo responder.

-¿La última vez?- ladeé un poco la cabeza- Pues perdóname, si es que tuve experiencia no la recuerdo.

-No importa, lo sentirás cuando llegue el momento.

El sonido que salía de sus labios era quedo, algo asustado, pero aún así intentaba mantenerla lo más lineal posible.

-¿Algo?- incluyó después de un largo silencio.

-No.- respondí al instante.

Observé a Jack, a pesar de su rostro preocupado, pude ver un destello de alivio en sus ojos.

No me olvides, por favor (Jack Frost y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora